sábado, 7 de julio de 2007

DESPUES DE TI


Rubén García Cebollero (c). De Cuentos y Lorzas. Publicado en el año 2000 y agotado. Para Araceli Otamendi, Manuel Lozano y todos los que nos leéis:


Querido Borges:


No sé si los muertos responden cartas ni si los ciegos las léeis en el otro barrio. De hecho, empujado por la urgencia, no tengo tiempo de conocer la respuesta. Como a Lorca, Hemingway, Fromm y demás te honrarán las comparsas del centenario; me parece que ya lo han hecho. No sé si te han dado la noticia: los hombres-mono están exterminando a los Yahoos. Sé que te interesaste por el tema, siglos después del viaje de Lemuel Gulliver, traduciendo el informe de Brodie. Desconozco qué puedes hacer.


En realidad mi problema es peor. Empezé a leer tus relatos y a reflexionar sobre el tiempo, la eternidad y la memoria casi sin darme cuenta. Y me dirás: ¿eso es un problema? No. He aquí que el problema apareció con mi doble y sus sueños. No deja de hablarme de Ulrica (oye, tú, que buen gusto tenías) y no he encontrado la bala necesaria para dispararle un tiro en la cabeza. Si me lo cargo, ¿él se podría volver?


De hecho el problema es que a él le gusta Ulrica tanto como a mí. Me intenta distraer con la rosa de Paracelso, la memoria de Shakespeare, el libro de arena o el Aleph. A veces lo consigue. Hasta he acabado escribiendo poemas para Pavesse. Él, a su vez (mi doble, no Pavesse), se distrae con Ulrica (por cierto, ¿sabes algo de Pavesse?). He aquí que la gota que ha colmado el vaso ha sido muy fuerte: mi doble combate junto a los hombres-mono y está ayudando a exterminar a los Yahoos. Por lo que el combate entre los dos es inevitable. Aunque, cuando lucha cada uno desde su bando, de hecho la pelea sólo es por Ulrica y no sé, querido Borges, quién ganará.


Probé mis armas en las tierras del Punjab contra las garras de los tigres azules, en las antiguas batallas que son siempre la misma, y ahora tengo el presentimiento de que el fin se acerca (¿no sabes nada de Pavesse?), o si más no que no hay más destino que la infinita repetición de nuestra ceguera. No sé quién ganará: si los hombres-mono o los Yahoos, si mi doble o yo. De hecho no tengo demasiado tiempo para pensarlo. La vida se va y la lucha continúa. Quizá cuando llegue al otro barrio tengamos más tranquilidad y más palabras, Jorge Luis. Ahora me quedo con mi problema y te envío el saludo más cordial.


Afectuosamente,

tú ya sabes quién

3 comentarios:

R.P.M. dijo...

Habrá que reeditarlo, Rubén. De hecho, deberíamos intentar que las obras de los compañeros del blog fueran accesibles y las pudiéramos conocer y leer, claro.

Me encanta el comienzo de la carta. Y una anotación solamente, el doble siempre existe, así que si te lo cargas, ten por seguro que volverá.

ivansan69@latinmail.com dijo...

Nunca hubiera pensado que Rubén García Cebollero sería una etiqueta, como las palabras "arte", "genio" y "locura", por ejemplo. Estoy estupefacto, Rubén.

Anónimo dijo...

No conocía este relato y me ha dejado maravillada. Creo que eres un magnífico cuentista. Esos adjetivos que te dedican me parecen definitorios.
No me mandes sólo poemas, mándame también cuentos