sábado, 2 de febrero de 2008

SI TEMIERAIS MORIR



Por Rubén García Cebollero


Si temierais morir. Así se titula el último poemario de Vicente Gallego. En su poema Mediodía dice: no hay cosa entenebrada / en el sombrío mundo que no nazca / y sea conocida en el favor / de la segura luz de inteligencia.

Tras leer el libro no tenía subrayado ni un solo verso. Ya sabéis que me puede la sinceridad. Sin embargo, es un libro recomendable. Tuve la sensación de estar leyendo a otros poetas mucho más antiguos y más grandes que él. Aunque Gallego ya lo sabe: ni poeta hay que mande / ni vivo que respire; sólo un juego / de espejos y de espejos y de espejos.

Pese a todo Vicente se ha mirado despacio y no se encuentra. La muerte es un lugar donde no hay muertos / y es cosa de difuntos estar vivo. En fin: si temierais morir, abrid los ojos.

De Gallego se cuentan demasiadas leyendas que, a lo que aquí nos ocupa, poco importan. Podríamos resumirlas con el inicio de la historia interminable, del poemario la plata de los días, que dice así: la discoteca flota como un barco,/ y tú tomas pastillas con alcohol.

Tal vez la poesía de Vicente Gallego sea como el viento del poema santa deriva, del poemario Santa deriva, cuando dice: Y no hay más voluntad que la del viento. / Y el viento nos arrastra.

Una poesía que parece hecha como en los ojos del extraño, del poemario los ojos del extraño, para descubrirse tras otros rostros que amaron tus objetos, extraños y olvidados.

Bueno, si no temeis morir: esta semana empieza la Barcelona Negra 2008. No os la perdais. Y si alguno se anima, el jueves 7 de febrero, también empieza el Taller de narrativa, de un servidor, en Artístic Formació / Av. Diagonal, 363, 2º 1ª-B 08037 Barcelona, con cupo limitado. Información: artistic@autenticart.com Telefono 902 17 50 17.

Os dejo pues con Vicente, por una lágrima nuestra: quien ha llorado entiende / cuánto gozo gravita en una lágrima.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como cuentista, creo mucho en los espejos , devuelven y a veces vomitan imágenes en fragmentos de “dejavus” montados en unicornios .Reencuentran esencias o muestran venenos, pero siempre en alquímicos laboratorios, donde a veces el ego se adueña y emborrona la imagen ,cual jodida madrastra, repartidora de manzanas envenenadoras de inocencia. Te conviertes en difunto y esperas que la vida te bese en la boca, con antídotos de lágrimas y bálsamos de palabras.
Y a veces gana el Barça je,je.
Me permito matizar el argumento de despedida , con todo el tiempo del mundo, compartiendo un hermoso regalo tuyo, que recomiendo, y agradeciendo el chupito compa,sabe a autenticidad.

El lenguaje de las lágrimas (del libro de Rubén García Cebollero, “Todo el tiempo del mundo”).
Esta es la historia de un limón cualquiera al que todo
el mundo quería exprimir.
Un día empezó a caminar sin pretender saber si el
mundo era dulce o amargo.
El resto de limones no dudaban que es amargo, pues
ése es el sabor de su jugo.
De las lágrimas, del perfume o hedor del jugo del
limón que no quiso saber si era dulce o amargo han quedado
al secarse las palabras que siguen.
No hay más historia. Cada limón da siempre cuanto
cree tener y cuanto cree que es.
Aunque sean naranjas pintadas de amarillo.

RUGAC dijo...

Todo el tiempo del mundo... casi nada, Paula, con limones de por medio... pues uno de los cuentos lo han publicado en Grageas, y hoy se publicó una reseña en la revista Ñ del diario Clarin, de Argentina. Creo que es una buena noticia y aquí va la reseña publicada:

"Más cuentos breves. Esta vez son 100, que incluye a autores consagrados y debutantes absolutos. Escritores argentinos y latinoamericanos, pero también de Bulgaria, Croacia o Israel. Ficciones para todos los gustos"

R.P.M. dijo...

Más razón que un santo y además poeta. Simbología del limón que sabe a poetas de raza. Me encanta.

José García Obrero dijo...

Las casualidades de la vida. Me regalaron un libro de Vicente Gallego estas navidades, y con él todas sus leyendas. Lo miré de reojo y después, poco a poco, me iba creando adicción. Verlo aquí mencionado me parece una casualidad exotérica, y feliz, claro (¿significará esto algo?).

Un abrazo.