domingo, 20 de abril de 2008

A PECATIS TUIS

Por Rufino Pérez



*** [ Transcripción –y traducción- literal del manuscrito encontrado en la las cercanías de una cueva que bien pudo ser el sitio donde habitó el fraile Bartolo, primer ermitaño que se retiró al paraje del Desierto de las Palmas, en Castellón. Dicen las Crónicas que fue él quien en 1697, fundó el Convento viejo de los Carmelitas. Éste convento sería trasladado en 1796 al emplazamiento actual, después de que un corrimiento de tierras dejara en muy mal estado el monasterio primigenio.



No se sabe de dicho fraile salvo su condición de ermitaño, amante del retiro espiritual, la naturaleza y el silencio del Desierto. Si hay o no más escritos que procedan de su mano, o si realmente éstos son auténticos, tampoco hay manera de probarlo. El transcriptor se limita a publicar con rigor filológico no exento de admiración, unos papeles encontrados en la casualidad de los tiempos. Tal vez, la misma casualidad le lleve a descubrir nuevos documentos que hará públicos si se considera oportuno]



DE HUMANITATIS MUNDI



Si algo tengo


es porque lo gané,


dice el rico.


¿Debería el pobre


decir que no tiene


porque lo perdió?


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Para ver lo que hay


dentro


debes abrir la puerta


y los ojos,


aunque esto último


no es preciso, si en la mano


llevas


el corazón.


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No puedes vaciar


el mar


con un vaso.


Y sin embargo


qué vacío se encuentra


el mar


sin el pequeño vaso


de las ilusiones.*



(IMAGINUM vale aquí como imagen, representación, pero dado el carácter del verso, se ha preferido el sentido de ilusión. Nota del traductor)


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Ir, venir,


comprar, vender.


El mundo está lleno


de acciones


que se eliminan


unas a otras.


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*** No se ha podido transcribir el resto del escrito por encontrarse en condiciones difíciles de lectura, ya que el tiempo ha desfigurado los trazos de la escritura. Más adelante, será posible descifrarlos con ayuda de la tecnología adecuada, de la cual no dispone el transcriptor en estos momentos)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan, por su sencillez.

El último escrito es bonito, aunque no estoy de acuerdo en que ir y volver se anulen..o comprar y vender..porque no vuelves igual que fuiste ni compras y vendes lo mismo..
Por ejemplo, si voy a comprar un libro de poesía y vendo un móvil...

Confieso que la poesía me resulta a veces un poco complicada y me gusta lo cercano.
¿Cómo es tu poesía?

Anónimo dijo...

Has encontrado agua en el desierto, gracias por los buenos sorbos. Hago una pausa publicitaria, para decir ,que el desierto de las Palmas(lugar que tengo la suerte de amar)es mágico y que, aunque intentaron quemarlo en la hoguera ,ha renacido con la fuerza de las primaveras, acunado por el mar.
Creo ,querido compa, que la traducción es en ingles de Lennon: IMAGINE.
Un fuerte abrazo Indiana Jones, porfa sigue con tus búsquedas, seguro que encuentras más tesoros para compartir.
Pd) Paula (la anonima)

R.P.M. dijo...

Hola Cristina, gracias por tus comentarios que reflejan una lectura afectiva. Esto son aforismos de los que no siempre hay que buscar la verdad. En realidad la poesía no busca la verdad. Para mí, que no soy poeta, pues sólo escribo algo que a veces se parece a la poesía, la poesía es una forma de comunicación que tiene una verosimilitud (son palabras de Gamoneda que suscribo plenament). Si a ti estos versos te han hecho pensar en otra verdad es porque en realidad, esa otra verdad también existe y sin coincidir ambas, las dos tienen sentido. La verdad poética se crea en el mismo momento en que nace. Jo, y en este momento debo sonar a pedante que asusta, pero bueno, es lo que puedo decirte, además de insistir en que no me considero poeta. Lo que voy escribiendo procede de impulsos, de sensaciones y a veces digo, voy a mostrarlo a los demás. Y así es lo que hago. Gracias por tu paciencia si lees este comentario.

Paula, de nuevo en el blog, recuperada. Bien. Ese desierto da para mucho, y yo siempre hago el mismo recorrido, pero prometo estar atento a ver si me encuentro algo más. Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

Del Desierto de las Palmas recuerdo muchos paseos, alguna caminata, aperitivos, paellas por los alrededores y mucho sol. Y el Carmelitano, dulce y peligroso como ciertos besos. Sabios estos carmelitas, para el bebercio. Sabio Bartolo, y sabio Rufino.

¡Paula, cuanto tiempo! ¡Qué hartura de echarte de menos por aquí!

Anónimo dijo...

Gracias rpm.:)