domingo, 14 de septiembre de 2008

CUANDO LA ACCIÓN NO SE CORRESPONDE CON LAS PALABRAS.

Por Rufino Pérez

Prueba de Selectividad en la tanda de septiembre. Un comentario de texto sobre la inmigración. Además de realizar un análisis de las características formales del texto (coherencia, cohesión, etc.), el alumno debe exponer su punto de vista razonado sobre el contenido del mismo.

El texto viene a decir que sin el trabajo aportado por los inmigrantes, España se pararía. Como todo texto de opinión, y en este caso con un posicionamiento claro hacia la importancia de los inmigrantes y su aportación a la economía española, éste abunda en apreciaciones justificadas con argumentos poco sólidos, pero con una carga sentimental amplia. Quiero decir, que se trata de un texto que utiliza argumentos popularmente aceptados como válidos, tales como que los inmigrantes realizan los trabajos que los autóctonos no quieren y que además se abusa de ellos pagándoles sueldos irrisorios.

Sin entrar en una extensa polémica, lo que me interesa resaltar es que los estudiantes que realizan la prueba, a la hora de valorar el contenido, se inclinan por una solidaridad emotiva, populista y facilona hacia la opinión que sustenta la autora del texto, estando “por completo” de acuerdo con todo lo que dice. No es que la autora no tenga razón, pero lo que no tiene es el don de la verdad absoluta y sin embargo, los estudiantes se lo otorgan.

Y estoy seguro de que si en lugar de una opinión como ésta, se les hubiera planteado otra de orientación distinta, las frases del comentario no hubiesen variado en cuanto a estar de acuerdo con el contenido.

Hay mucho mecanicismo en este tipo de pruebas, hay mucha “opinión” todavía por adquirir y formar, hay mucho sentimentalismo y poca acción; porque estoy seguro de que estos mismos alumnos tan a favor de la inmigración, salen los fines de semana y no precisamente con amigos de otras culturas.

Al fin y al cabo, esto es un ejercicio de clase y fuera del aula, el mundo es distinto. ¿o no?

1 comentario:

Carso dijo...

bueno, a mí me gustaría pensar que si el texto hubiera sido 'contra' la inmigración (como si se pudiera estar en contra de la lluvia!!) la inmensa mayoría de alumnos habría respondido contra la opinión del artículo. y no, no es que sea un ingénuo o un optimista que cree en los valores de la juventud ni todas esas cosas, sino porque pienso que el alumno encontraría el texto sospechoso, como si le hubieran tendido una trampa, y a la hora de posicionarse lo haría defendiendo lo derechos humanos, que también es un argumento trillado, sentimentalista y devaluado por la de veces que lo esgrimen los mismos que los vulneran.
En lo que sí estoy de acuerdo es en eso último de que las aulas y la realidad son bien distintas, y es que del dicho al hecho hay un trecho: en España no hemos sido racistas con los negros hasta que han venido, ni con los peruanos hasta que los hemos tenido de vecinos, etc etc.