Por Raquel Casas
K no está en casa. La he esperado en la calle, en la puerta, la he llamado pero no contesta. La acera cobija otra vez mi postura incompleta. No soportaré otra dosis de asfalto ardiente y cielo inmóvil.
Cuando vuelva K, cuando me encuentre en su puerta, caminaremos juntos con el pelo mojado para enfermar, observaremos un punto fijo durante horas, lanzaremos pequeños aviones de papel desde la ventana con mensajes secretos, cerraremos todos los libros y gritaremos que es una tontería pensar que el desierto está desierto.
Sin embargo, últimamente K se despierta más tarde, más sorda, más borracha, más loca.
K deseaba ser mejor, quería ser como un rayo o una estrella, así que decidió hacerse máquina.
- ¿Dónde estás?
- Estoy aquí, en casa. Pero hoy ni siquiera me contienen las letras de mi nombre.
Cuando vuelva K, cuando me encuentre en su puerta, caminaremos juntos con el pelo mojado para enfermar, observaremos un punto fijo durante horas, lanzaremos pequeños aviones de papel desde la ventana con mensajes secretos, cerraremos todos los libros y gritaremos que es una tontería pensar que el desierto está desierto.
Sin embargo, últimamente K se despierta más tarde, más sorda, más borracha, más loca.
K deseaba ser mejor, quería ser como un rayo o una estrella, así que decidió hacerse máquina.
- ¿Dónde estás?
- Estoy aquí, en casa. Pero hoy ni siquiera me contienen las letras de mi nombre.
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3 comentarios:
La "k" anda próxima a la "e" de escote y además vuela en "a" de avión je,je
Besitos de "P"...palante.
paula.
Todas están cerca de las letras de mi nombre, gracias "P" de Pequeño Pony, je!
la"k" de rak jeje la k dels kilos q falten al sistema financer pero k sobreviurà jeje
fins aviat!
burlanga
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