viernes, 8 de mayo de 2009

EL CORRECTO LUGAR EQUIVOCADO



Subió al tren de cercanías ese de maleta corta pero de memoria larga de rutinas. Allí tras intentar retocar los desperfectos de las prisas, sacaba el kit mañanero de primeros auxilios, se miraba al espejo sin cruel aumento, y ganaba la batalla a las últimas legañas, que se habían atrincherado de ocupas, con el lápiz de ojos de bayoneta que las mantenía a raya. Acto seguido, dos toques de brocha para encalar de rosas muros de lamentaciones y un discreto brillo en los labios, no le gustaba camuflar el sabor a besos de despedida.

Después desenfundaba la novela, guardiana de billetes, censurada por los cortes publicitarios, por los anuncios de paradas ya olfateadas, por la voz monótonamente bilingüe que imperturbable detenía el vagón un día tras otro.

Le encantaba mirar con ojos de mariposa, esos que nacen del estómago y colorean esperanzas, e imaginar que se había equivocado de tren, de día e incluso de estación, y en ese espacio de respiro, en ese entreacto de contradicciones: partidas y llegadas, jugaba a diseñar espacios de encuentros, fantaseaba con pasajeros que surgían paridos por las nubes y cobraban formas surrealistas, tiñendo todo de color, de risas, de olor a nada, que es a lo que huelen los principitos recién bañados en mediterráneos por la pachamama y empolvados de universos .

Siempre le habían gustado las sensaciones recién horneadas, la posibilidad de crear figuras etéreas que se cuelan en los adentros pero que dejan respirar a través de ellas, que saben a miel efímera, esa que no deja venenosos apegos y se toma diluida en brisas de afectos, en diálogos de miradas.

Los guiños de sus criaturas le iban avisando del momento de partir con banderas blancas, mientras sus manos se despedían con tatuajes de abrazos, con bocadillos de silencios para el viaje, rellenos de chocolateada magia.

De pronto, sintió el chasquido de su hemisferio derecho vistiendo sus pensamientos de gris y reagrupando neuronas para conectar con el traqueteo del tren, que nuevamente puesto en marcha, iba deshaciendo sus nubes hechas carne y pudriendo sueños, con el inequívoco olor a lunes.

La voz de la bruja retumbaba en el espejo y el reloj de la estación reflejaba que una vez más, estaba en el correcto lugar equivocado y a la siempre errónea hora de las obligaciones. Llegó a la estación y cruzó el andén con andares hemipléjicos, secuelas del último ataque de rutinas….

8 comentarios:

Unknown dijo...

Reina de las metáforas, qué gran viaje de anhelos frustrados. Me ha encantado.

Carso dijo...

las lineas de cercanias estan llenas de minas de rutina que estallan bajo las ruedas, tu has puesto flores entre los railes.
buen fin de semana.

Beatriz dijo...

Prosa hecha poesía, Paula, precioso.

Como buena bruja que eres te voy a preguntar una cosa: te has inspirado en mí, poder de telepatía, telequinesis y demás capacidades que seguro posees, para escribir esta preciosidad de post, con la puta C-2 arriba y abajo, que ahora viene Montmeló y el Grand Prix y Renfe ha puesto 'servicios especiales' [habrá put@s en el tren incluid@s en el precio del billete, digo yo, que el viaje es largo y da tiempo de mucho y los que van a Montmeló me temo que de novelas poco, ni interrumpidas ni sin interrumpir]?

Ah, pero desde luego yo no soy una de tus criaturas descolgadas de las nubes en una límpida mañana primaveral, sino tu esquizo-bruja-hermana, aunque eso sí, sin kit de primeros auxilios ni espejito mágico, porque claro, yo no los necesito (jajaja!).

Espero que el asunto de ayer fuera bien.

XL kiss.

paula dijo...

Gracias compis por compartir viajecito y por echarme flores con y de metáfora.
Ester:soy una bruja, temporalmente desdentada, de face dolorida, aunque parece que esta vez el tornillo criatura se quedará conmigo y sino, le quito uno a la renfe je,je.Gracias por preguntar.
Si tuviera poderes, las novelas leerían trenes de puta madre , las paradas las darían antológicas voces y no llevarían humano espejo revisor ,je,je.
bsos a todos.paula

Beatriz dijo...

Bueno, pues felicidades por el tornillo-criatura, pero de la Renfe, ni agua, te lo dice una experta!

Y poderes te digo yo que sí, que también los tengo y lo veo a distancia, siendo bruja y tal, aunque no me ha menester espejo ni revisor ni retrovisor, ja!

XXL k:)

R.P.M. dijo...

Para todas estas brujas tan humanas que tenemos en el blog, un abrazo con sobredosis de alegría -para sobrellevar lo de Renfe Ester-. Vamos, Paula que te ha quedado brujerilmente precioso. ¿Te han llamado reina de las metáforas? Qué razón tienen, je, je.

Carla dijo...

Quin contrast més deliciós entre el plaer del viatge en tren i la tortura que aborrega cap a la feina! Un gran regust agridolç, el teu relat. Meravellós.
Petons, bruixeta!

Mercè Mestre dijo...

Seré breu:

Metàfores genials + humor de categoria = Paula