miércoles, 19 de agosto de 2009

Nadar

Por José G. Obrero

Nadar.
Cruzarte las orillas,
sumergirme en tu copa
anidar en tu espalda.
Beber nadando
inflando los pulmones
para abrirte el camino
en esta gruta
que el miedo desafía.
Vencer el frío
nadarte en pleno invierno.
Nadar sin nada
con la sed en los párpados.
Ahogarse de sed
en medio de la lluvia.
Beberte brazo a brazo,
flotar sobre tu filo,
tragarme tus temblores.
Temblar, nadar
ser el agua que nada
agua que bebe
que cruza tus orillas.

7 comentarios:

Carso dijo...

Tu poema tiene el ritmo de las olas y se bebe como un tinto de verano cuando el termómetro asciende a los 40 por las paredes.
buen baño e palabras

José García Obrero dijo...

La verdad, Óscar, es que no sé hasta que punto, detrás de todo esto, no se oculta el calor polvoriento de Córdoba sublimado generando otras ideas más placenteras y acuáticas.

Un abrazo!

Beatriz dijo...

José, veo que vas elaborando sobre el tema del agua y la sed, muy apropiado para la época del año que corre. Aunque no son sureñas todas paredes inflamadas y sudorosas, te los juro.

Coincido con Óscar, tu poema tiene un vaivén acuático y enigmático: bordeas lo erótico y te zambulles en lo efímero del preciado líquido saciando la sed y retirándose luego por la superficie más cercana, esquiva y orgullosa como una mujer que no se deja modelar. Joer, ahora parezco un hombre hablando, jeje!

Por aquí, si no llegamos a 40, poco le falta. Ahhh.

Abrazo:)

José García Obrero dijo...

Ester, de verdad de verdad de verdad, que me gusta tanto tu comentario que escribiría sólo para ti (un sólo lector, en este caso lectora) porque se produce una verdadera comunicación y eso es un chute total. ¡Me entiendes! Y encima me halagas.
Tu comentario resume mis intenciones que no sabía si había conseguido.
Nuestra parte masculina y femenina son necesarias y pobre del que tenga sólo una de ellas, está lisiado/a.
En cuanto al calor creo que voy a empezar a escribir sobre el hielo, el polo norte, la granizada y los iceberg más que del estado líquido.
Qué jartura de caló!

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Jaja, bueno creo que hasta ahí llego: quiero decir que si los comentarios que te hiciera hubieran de ser negativos, tengo suficiente savoir faire para callármelos. Lo cual no quita que como buena Escorpión que soy, a veces se me gire el cerebro y eche espumarajos y cosas mucho peores por la boca.

Bueno, jeje, vas a escribir para mí? jaja, ya sabes que en determinadas circunstancias, tres son multitud! Me alegro por el chute. Un lector siempre es más estimulante que ninguno, no?

:)

José García Obrero dijo...

Bueno, vamos a decir que dos lectores porque Óscar y su lado femenino sintieron la resaca de las olas como si tuviese una caracola en el bolsillo. Con dos lectores ya puedes darle un bocadito al mundo.
Por cierto, me han hablado muy bien de las escorpio. No te lo describo aquí so pena de parecer un quiromántico zumbado.

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Bueno, sí, desde luego, dos lectores que encima te hagan buenos comentarios es un coro a 4 voces completo (ya no digo 7 porque sería un pelín excesivo, ja!).

A ver, a ver, para ser quiromántico tendrías que tener mis manos presentes, al menos, no? bueno, yo no creo mucho en estas cosas de horóscopas y demás, pero por lo que he leído, que es poco, soy una escorpio bastante típica, en lo bueno (!!) y en lo malo (¡¡). Y cada vez tengo más tendencia epiléptica, o sea a babear espuma por la boca y a hacer giros imposibles y vertiginosos con la cabeza, en plan la niña del Exorcista, uh uh!

como diría Mercè si estuviera por estos lares,

Sua Da:)