domingo, 9 de agosto de 2009

PENTIUM IV a 3,2 Ghz

Es gris con gesto sobrio, casi triste,
y un manojo de cables rellenan sus entrañas.
Consigue procesar
más de un billón de datos por segundo,
me muestra las imágenes
con treinta y dos millones de colores,
averigua con gran exactitud
el valor decimal
de la raíz cuadrada de catorce
y es capaz de grabar en su memoria
el nombre que poseen las estrellas
de todo el universo.

En cambio, no se inmuta
al llegar el otoño. No padece
con el hambre o las guerras.

No llora cuando parte un ser querido.




3 comentarios:

José García Obrero dijo...

Hola Sergio, ya era hora que alguien le dedicara un poema en condiciones a un ordenador. Estoy seguro que muchos frikis que conozco te dirían que sí que llora y que tiene emociones (sólo hay que saber programarlo). Yo, en cambio, les dedicaría la copla esa que dice: "eres mi vida y mi muerte" y prefiero todo aquello que sólo es mi vida (sin muerte).
Aprovecho para darte la bienvenida (con un poquillo de retraso).

Un saludo.

R.P.M. dijo...

Sergio que sigue con sus acertados poemas. Yo también estoy atado a esta madre artificial, pero en fin, sigo creyendo que madre no hay más que una, pero vete tú a saber lo que pasará con estas generaciones que se alimentan de leche por cable modem. Un abrazo compañero.

Toribio Suerte Zahurdillas dijo...

o quizás sí...