sábado, 12 de diciembre de 2009

A LAS PERSONAS NOS INTERESAN LAS PERSONAS


Por Rubén García Cebollero


Triste ironía resulta que el Nobel de la paz, y presidente de los Estados Unidos, Obama, desenpolve el viejo adagio latino del "si vis pace para bellum" y que para la paz hagan falta 30.000 soldados más en Afganistán.
Esta tarde los sindicatos se manifiestan para que "no se aprovechen de la crisis". Quizá se olviden de decir "quién", "quiénes". Y de qué forma defender los salarios, el empleo y el dialógo. Porque las pancartas, lo mismo que las ideas, ni se mueven solas ni son gratuitas.
Y en Copenhague se piden recortes ambiciosos en la cumbre del Clima. Hace tiempo que el mundo desconoce las leyes que los indios iroqueses sí tenían, y que el planeta no es propiedad de nadie, sino "propiedad" de las generaciones futuras, y los demás estamos de alquiler.
Emma Thomson dice que lo bueno del sexo es que es gratis, ¿porqué pagar por él? Buena lucha la que mantiene contra el tráfico de mujeres. Quizá la pregunta sea: ¿por qué cobran por él? Y ¿cuántas formas de cobrar, pagar y sufrir existen?
Y mañana, día 13, habrá en Cataluña un gran número de consultas sobre la independencia. Nadie se pregunta ¿para qué? Ni si es posible. Y con la independencia, como con muchas otras cosas de la clase política del país, parece que sólo unos pocos sepan cómo se llega a ella, para quién es y en nombre de qué se quiere.
A las personas nos interesan las personas, y a los políticos les interesa el poder. Nos venderán el medio ambiente, la independencia, el progreso social, LO QUE HAGA FALTA, pues por un puñado de votos parece que todo es posible.
Triste ironía, pues, descubrir que es mucho más fácil prometer que cumplir, que la frustración comienza por alentar la esperanza, para después traicionarla, y que en un mundo en el que el Nobel de la Paz justifica la Guerra la CRISIS es mucho más que económica.

No os olvideis de malgastar dinero en estas críticas navidades. Dinero como el que se ha usado en las pancartas que manifiestan tantas cosas, porque parece que las conciencias puedan comprarse, o lavarse, y mientras en el país haya paro, hambre y otros problemas las luces de navidad, la estupidez de las mentiras, las máscaras de la indignidad seguirán sembrando más tristes ironías, más pensamientos planos, más corazones de cemento.


¡¡¡¡FELIZ DESNAVIDAD!!!

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