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Encuentro, 1959
Óleo sobre lienzo
Remedios Varo
Desperté
en aquella habitación.
Fui hacia el espejo.
Comprobé que esa mujer
no seguía siendo
la misma.
El infinito
se interpuso
entre nosotras.
Tan sólo éramos
dos puntos
que se atraían.
Su figura se desdibujaba.
Me acerqué.
y su imagen se hizo
nítida.
Cargué un revólver
con los feroces recuerdos.
- ¡Cometerás un error! - Gritó
Fingí no darme cuenta.
Disparé.
El cristal hizo añicos su sien.
4 comentarios:
El mirallicidi és un esport fantàstic que tots hauríem de practicar com a mínim un cop a la vida.
Quin descans, carregar-te el pimpinela paparra del mirall, el gran germà que sempre ens mira, el mico que ens observa, ens imita, ens toreja i, de vegades, ens canta fatal a altes hores de la matinada mentre ens rentem les dents o la consciència. Bang bang (y peeeeega la vueeeel...)
Vinga, Antònia, demanem pressupost al miraller?
ja, ja, ja... potser tens raó, Mercè. Caldria anar a Cal Miraller!!
Una abraçada,
el espejo lo inventó narciso y así acabó. yo estoy con vosotras: antes matar que perecer ahogado por los nenúfares o los recuerdos. tanto da.
receta para felices sueños: un mirallicidi al día, después de las comidas y antes de ir a dormir.
Lo malo es que hay espejos por todas partes lo quieras o no, así que, además del mirallicidi -Carso, tú y tu dioscórides siempre en el bolsillo!- es preciso llevar también una venda de emergencia bien a mano: no puedes ir rompiendo todas las lunas que se te pongan por delante!
Seguro que el mirrallicidi estaba ya contemplado en las tablas de la ley: era un apartado de 5º mandamiento -pero como moisés era perezoso, lo dejó en un 'no matarás' grosso modo.
Olé, olé, estamos de un religioso subido. Eso que los solsticios son fiestas paganas!!!
Muax;)
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