miércoles, 19 de enero de 2011

Adiós


Por José G. Obrero



Abro mi caja de surtido de adioses buscando el adecuado. ¿Se pueden mezclar la saliva y la sangre? ¿Chocolate y orégano? ¿La piel y la salmuera? Todo se puede deconstruir, montar en una espuma que escale las paredes. Se trata de saber decirlo: a-d-i-ó-s. Y abandonarse un rato en este suelo para sentir el frío. Con urgencia. Cerrar los ojos y tener la ilusión de que nadie conoce nuestro nombre. Ni nosotros el suyo grabado en cada pieza del rodillo. Este adiós que elijo cuidadosamente en la cajita morada, no es el del pintalabios en el espejo del baño, ni la carta filosa que recibe el soldado, ni el de los asilos un día de todos los santos. Es el adiós que trepa despacio por el tronco de un sauce. Y escupe alguna vez a los que pasan absortos en su pistola pisando las raíces. No es el adiós de la sala de espera. No es el del elefante que se adentra en el fango. Es saltar a otra esfera al grito de abordaje. Arrojarle una piedra al espigón del puerto.

14 comentarios:

Carso dijo...

recojo la piedra como si fuera un guante. que el abordaje te sea propicio, pirata, y que tu pluma descubra tesoros.

José García Obrero dijo...

Querido Carso. Tú y yo compartiremos barco durante toda la travesía. Nos quedan muchos cabos que cruzar juntos.

Un abrazo.

Mercè Mestre dijo...

Simó-José l'estilita o el sibarita d'adéus. Ara ja no sé si "a-d-i-ó-s" és "adéu-bye bye" o "a Dios pongo por testigo que, aunque lejos, seguiré escribiendo desde lo alto de la columna".

Ostres, si em perdo per algun lloc no serà per l'espigó del port.

Una abraçada, José

José García Obrero dijo...

Mercé no pateixis, si et veig per l'espigó prometo canviar les pedres per abraçades.
Continuarem en contacte i seguiré els teus escrits i els avatars de les teves mascotes.

Una fota abraçada.

Zápiro dijo...

Grande Jose.
un abrazo

Beatriz dijo...

¡Lástima grande que haya sido verdad tanta tristeza!

Buena suerte en tus incursiones, José.
;)

José García Obrero dijo...

Zápiro gracias. Espero poder seguir disfrutando de tus escritos mucho tiempo.

Un abrazo (queda pendiente una "latinear" un día).

Ester, qué te voy a decir, despedirme de ti es la sangre, pimienta o salmuera, la parte triste o amarga o desagradable. Pero sí seguiremos en contacto. Esto es como cuando el 123 decía adiós y te lo encontrabas a al año siguiente con nuevas azafatas.

Mucha suerte, muchos éxitos y muchas buenas cosas.

Besazos.

paula dijo...

Amen muxo,nos vemos en el ring....queda mucha cáscara.. a la luna pongo por testigo.Intento tomarmelo con la mejor cosmovisión por tu ilusión.
La tristeza me vuelve torpe, lo juro por los adioses, si quieres oir algo especial...buscalo en la cajita morada...tiene mi voz.
Ala a currar poesía Obrero!!!!

José García Obrero dijo...

Esa Paula lunera. Subes la marea cada vez que escribes, compañera. Por supuesto, este adiós de la cajita que tiene tu nombre no sirve para dirigirme a ti porque estamos ahí entrelazados en las muchas redes virtuales como dos peces (no como los boxeadores en las cuerdas del ring, eso nunca). Muchos besos y que la poesía nos siga acompañando a ambos, dócil o rebelde.

Unknown dijo...

José: Suerte. Ha sido un enorme orgullo para mi compartir blog contigo. Un abrazo grande.

José García Obrero dijo...

Muchas gracias, Sergio, ha sido un placer compartir este espacio y este tiempo contigo. Por supuesto, repetiremos noche barcelonesa en otro encuentro. Seguro. Mucha suerte y éxitos. Un abrazo.

R.P.M. dijo...

Y falta el de siempre, el domninguero que aparece y suelta voz un día de la cola de la semana. Pero qué grandes voces tiene alrededor. Y no tengo la sensación de perder una porque he ganado un amigo y para mí su voz llegará, por otro medio, pero llegará. Así que, hasta luego.

R.P.M. dijo...

dominguero, vamos, que se cuelan las letras...

José García Obrero dijo...

Rufino este comentario se merece una abrazo al inicio y otro al final.
Sí, un amigo. Nos veremos en un sitio o en otro pero esto continúa.

Un abrazo (al final).