martes, 30 de enero de 2007

CÁNDIDO CLAMOR


Por Carlos Rull

Hoy me he levantado metafórico y anafórico, algo eufórico y retórico, alborozado y cándido, y, desde luego, ripioso. Tal vez por todo ello – pues sólo una perspectiva ingenuamente poética y tiernamente irónica de la realidad nos tolera un resquicio para soñar-, he decidido proclamar que mañana será un buen día. Por un día, por un solo día, quiero querer gritar que mañana será un buen día. Sí, quiero querer decir – rugir -que mañana será un buen día.

Mañana será un buen día para que callen los micrófonos y hablen las bocas, para que callen las ciudades y hablen los vivos, para que callen los motores y hablen las manos, para que callen las pantallas y hablen las páginas, para que callen los que gritan y hablen los que susurran, para que calle el ladrillo y hable la dignidad, para que callemos todos un minuto y no hablemos ningún idioma, para que callen leyes y tribunas y hable el silencio.

Y sí, mañana será un buen día para que los gusanos abandonen sus banquetes y los cuervos sus tanques, para que las corbatas recuperen su corazón y empiecen a hablar verdades, para que las chimeneas dejen de ametrallar a las nubes, para que las banderas se destiñan y dejen de chorrear sangre, para que los himnos enmudezcan su ira, para que los hiladores del horror no borden más tinieblas, para que las sibilas anuncien que mañana será un buen día.

Sí, mañana será un buen día para andar con los hermanos, para nadar con la quimera, para volar hacia el olvido, para ver la luz, para ver la sombra, para no ver nada.

Mañana será un buen día para colgar hábitos, vicios y virtudes de la palmera más alta, para colgar el arrebato en las perchas matutinas, para dejar las cicatrices entre las rosas, para dejar los relojes entre los cipreses, para olvidar el negro humo del camino andado, para – eso nunca – olvidaros, o para – eso siempre - decirte que te quiero,

Y será un buen día porque... simplemente porque habrá mañana, y... porque nos lo merecemos, ¡carajo!

Mañana será un buen día para abrir un libro - todos los días lo son -, y también será un buen día para leer el artículo de Andrés.

Y si al final, amigos, mañana no es un buen día, no nos quejaremos: al menos podremos decir que lo hemos intentado.

2 comentarios:

R.P.M. dijo...

¡Vale! Un diez por ese arrebato poético. Un cándido cántico, un clamor, y un homenaje a la vida, a las ganas de vivir, que al estilo de Jorge Guillén has conseguido transmitir. No seré yo quien juzgue tus maneras poéticas,pero sí al menos quien te diga que me han llegado. Así que, compañero, estoy seguro de que mañana -hoy ya lo ha sido- será un buen día. Un abrazo.

Unknown dijo...

Gracias compañero: el halago se agradece sólo si del amigo viene. Espero de verdad que mañana sea un buen día.