Vivimos en un mundo de listas, y de listos, diría quizá Mejide, a quien no he leído esta semana. Entre esas listas siempre aparece una de clásicos de la literatura. En ella, Carles seguro que incluye a Quevedo. En las listas siempre hay muchas cosas que incluir, pero juguemos al "y si", para ver qué sucede si sólo pudiéramos salvar un libro.
¿Qué libro salvarías? Puede que se te ocurra más de uno, o quizá no salvarías ninguno. Así que como salvar uno parece complicado, pensemos en una lista algo más amplia, y veremos que puede no tener fin.
Quizá salvaríamos libros con premio, aunque permíteme dudarlo. Hay demasiados premios y demasiados libros, y muchos a mí no me satisfacen, no sé a ti. Aún con todo esta semana me ha dado por sacar del olvido algunos poemas, que no libros, y enviarlos a algún premio no demasiado grande, de los que considero a pie de calle, en los que sólo importa el texto, ya sea prosa o poesía.
Sí, quizá no salvarías nunca un libro de poemas pero un libro de poemas puede salvar tu vida. Hay mucha gente que dice no entender la poesía, y siempre me recuerdan a un poema de Margarit, en el cual el padre dice que no sirve de nada la poesía, y la voz narrativa acaba contestando que tenía razón, de nada sirve la poesía que leía el padre.
Las listas, como la vida, son pura elección. A cada paso y día debemos elegir gusto, dirección, o al menos creer que la elegimos. Si me da por hablar de poesía es porque han vuelto a insistir, en algún diario de fama dudosa, que la poesía se muere.
Quizá por ello me sentí en un poema de Parcerisas, el de las palabras d'Eilidh, donde dice que reza para no creer lo/ que sabe que ya es una certeza".
Y me da por reír. No sé si has visto el anuncio sacrílego que ha reducido la voz de Cortázar y su preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj a una sombra de lo que en verdad es, ese anuncio en el que no te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj. Discutamos si es narración o poema, bien, mas lo que importa es que sigue latiendo.
Y me da por reír. No sé si has visto el anuncio sacrílego que ha reducido la voz de Cortázar y su preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj a una sombra de lo que en verdad es, ese anuncio en el que no te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj. Discutamos si es narración o poema, bien, mas lo que importa es que sigue latiendo.
Salvar un libro puede salvar una vida. ¿Por qué no haces una lista de los libros que han marcado tu vida? El jueves envié a mi agente dos novelas mías, y ayer releía una de ellas. Que se publiquen o no poco me importa, ni siquiera que se lean. De hecho ahora me importan más otros proyectos, como un manual de escritura creativa que espero publicar en noviembre, un manual que explique de alguna manera algo más que mi lista, algo más que mi pasión por la literatura, que un libro puede salvar tu vida.
Así que en esa puesta de sol del amor, sea o no de unas vacaciones de semana santa, y dejando pendiente una conversación sobre 300, me quedo pensando en qué serán los clásicos, qué lo universal, y qué sentido tiene crear listas que nos vuelvan más tontos que listos.
12 comentarios:
Aprovechando uno de los instrumentos de lectura -el Registro de lecturas- que hemos propuesto a los alumnos desde el Proyecto Liber, estoy comenzando a reseñar los libros que voy leyendo en relación con la parte de mi "vida" que están tocando, o que han tocado en su momento. Y me está gustando el ejercicio, así que sin pretender salvar ninguno, sí que al final tendré una "lista" con reseñas personales.
Ah, por cierto, me gustaría comprar ese Manual de escritura creativa en cuanto se publique. Espero que nos lo comunicarás. Suerte con las otras obras.
En la tesitura de salvar un solo libro, la mejor opción es la de escoger uno que no se agote en una primera lectura, pero que tampoco apabulle y resulte impenetrable. Un libro del que aprender versos de memoria, de un autor muerto, denostado por la crítica, abominado por los gourmets. Digamos Las personas del verbo, de Jaime Gil de Biedma.
Sincerament sóc bastant incapaç de decidir quin llibre m'emportaria a una illa deserta. Potser un recull de contes indús o orientals, o potser les "Balades Líriques" de Wordsworth i Coleridge, o potser... o potser algun que encara no m'hagi llegit.
Per cert, tan de parlar de premis, m'ha fet agafar ganes... algú sap d'algun font d'informació de premis literaris? Naturalment, premis així garrulillos, per gent de verb humil com jo.
Marc, només que cerquis "premis literaris" o en castellà et sortiran un munt d'adreces. En català la millor és la de la Generalitat, que la fa el Departament de Cultura, i és força completa,) Molts ànims!!!!
Si el 22 no nos vemos, tranquilo que ya lo comentaré. Si todo va bien creo que para noviembre o principios de diciembre el Manual será una realidad. En él recogeré los 2 cursos de escritura hechos en Vilanova, y una lista de extensión bilbiográfica con todos los libros que he leído sobre el tema (la lástima es que la poesía quedará fuera, pero eso supone otro futuro manual).
Por cierto, si hubo quien defendió a Quevedo, a mí no me toqueis a Gil de Biedma, que en las personas del Verbo hay todo un doctorado de poesía,) Ojalá un día puede reducir todos mis versos a un único libro, como Gil de Biedma...
Yo me llevaría un buen manual de cómo sobrevivir en una isla desierta. Los clásicos me servirían de más bien poco. Bajémonos de la nube de vez en cuando, amigos. Los libros están bien cuando uno puede darse el gusto de leerlos. El resto del planeta no quiere salvar su alma: quiere matar el gusanillo del hambre. Me parece ombliguista querer salvar un listado de libros en un caso de fuerza mayor. La preocupación por esta clase de listados demuestra el poco sentido común que nos sobra desde nuestras poltronas de buen burgués, con las bibliotecas cebadas o las satisfacciones culturales bien satisfechas. A mí, lo leído, no me ha hecho más feliz ni me ha arruinado la vida, sino que más bien me deja con hambre. Y eso lo digo en todos los sentidos. No por mucho leer me dan mejores trabajos...
Por otra parte, es curioso denunciar que la lectura -o la literatura, o la poesía, o la venta de libros, etc.- se muera cada cierto tiempo. Extrañamente siempre se vaticina el apocalipsis por estas fechas, en los albores de Sant Jordi. Ay, ay, ay, qué filantrópica preocupación...
El último párrafo, sin embargo, cita varios libros en "estado de gestación": dos en manos de un agente literario y un proyecto de manual de escritura creativa. ¿No quedábamos en que los libros se estaban muriendo? (Perdón por el tirón de orejas: mi intención es polemizar, evidentemente. Tampoco yo me escapo de hacer apología del etnocentrismo y de un no demasiado taimado narcisismo, pero quería ser malvado por un día, a ver qué pasa).
Jejeje, si ens posem així de pràctics, si haig de ser sincer, l'únic paper que sí m'emportaria a una illa deserta, seria el paper higiènic. Un dels tres o quatre invents de l'home que realment valen la pena.
Bueno, también puedes pensar que leas lo que leas te vas a morir igual. Ya puestos en la novela la información, de Martin Amis, la mujer del escritor fracasado, Richard, le dice que la mujer de la limpieza gana más dinero que él, contando las horas que escribe y el dinero que gana, y le pide que deje las novelas, a lo que él marido contesta que no puede: porque sólo tendría días y vida.
En mi caso la polémica está en la idea misma de salvar un libro, y si bien el pasado Sant Jordi estuve firmando libros, este que por suerte cae en lunes estaré trabajando en Barcelona;)
És ben cert, Marc, això que dius, però a Lora del Rio (Sevilla), que és d´on prové la meva familia, quan anava a visitar als cossins i oncles, en mig del camp, es netejaven el cul amb les males herbes i "cantos rodaos". No ens calen papers higiènics. Ah, com ens enganyen les comoditats i les "tecnologies": ens tornen més inhumans encara...
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