Por Ruben Garcia Cebollero
Dios tiene un plan. Ya lo escribimos en ocasiones anteriores, y en ésta un día después de cuando debía escribirlo aparezco con lo que debe ser un cuento fantástico. Se lo dedico al profesor Manuel Lozano, y a su hermano Aldo, por el oro de los tigres, una radio y página argentinas que les recomiendo visitar:
http://www.elorodelostigres.com.ar/
El cuento dice así:
Cerca de Lobos, frente a un bosque de olmos, duerme Dionisio, un cruce de galgo y dálmata. En una esquina del bosque, bajo un olmo y sin mover la cola ni abrir los ojos, piensa en su amo que está visitando París.
Dionisio duerme con los ojos abiertos porque sabe que, cuando menos lo esperas, el águila mercachifle aparece en el cielo. El águila se cuelga unas medallas enormes, inventadas y autoimpuestas, que vienen a confirmar una Literatura con mayúsculas que tiene de todo, sí, menos literatura.
El águila mercachifle cree que en los cielos está a salvo pero Dionisio aprendió a volar casi antes que a leer, y espera su momento para, con certeza, incar el diente en la incauta mercachifle.
El tiempo juega a su favor y ni él ni yo sabemos qué pinta Bruce Lee en esta historia. Al fin y al cabo, casi sucede lo mismo con la filosofía.
Dios tiene un plan. Ya lo escribimos en ocasiones anteriores, y en ésta un día después de cuando debía escribirlo aparezco con lo que debe ser un cuento fantástico. Se lo dedico al profesor Manuel Lozano, y a su hermano Aldo, por el oro de los tigres, una radio y página argentinas que les recomiendo visitar:
http://www.elorodelostigres.com.ar/
El cuento dice así:
Cerca de Lobos, frente a un bosque de olmos, duerme Dionisio, un cruce de galgo y dálmata. En una esquina del bosque, bajo un olmo y sin mover la cola ni abrir los ojos, piensa en su amo que está visitando París.
Dionisio duerme con los ojos abiertos porque sabe que, cuando menos lo esperas, el águila mercachifle aparece en el cielo. El águila se cuelga unas medallas enormes, inventadas y autoimpuestas, que vienen a confirmar una Literatura con mayúsculas que tiene de todo, sí, menos literatura.
El águila mercachifle cree que en los cielos está a salvo pero Dionisio aprendió a volar casi antes que a leer, y espera su momento para, con certeza, incar el diente en la incauta mercachifle.
El tiempo juega a su favor y ni él ni yo sabemos qué pinta Bruce Lee en esta historia. Al fin y al cabo, casi sucede lo mismo con la filosofía.
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