martes, 10 de julio de 2007

TEMA TÓPICO: ¡BUSCO PISO!

Por Carlos Rull


“410.000 euros”. Esa fue la cifra que me pidieron por un piso de segunda mano de 75 metros cuadrados en una de las zonas menos favorecidas de mi pueblo. Se me quedó cara de tonto, claro, y eso que a estas alturas – y vistos los pisos-hobbit que he visto – ya nada debería sorprenderme. Embarcado en la absurda y a todas luces inútil aventura de encontrar una vivienda digna, uno aprende básicamente dos cosas: que se le queda cara de tonto con una facilidad pasmosa y que todos nos hemos vuelto locos. Cuando un tipo tiene la desfachatez de pedirte 301.000 euritos por un cuarto piso de 60 metros cuadrados en una finca de más de treinta años sin ascensor, por una mierda de zulo, vamos, que ni siquiera está en el centro, – y no describo la escalera porque esto lo pueden leer niños –, o le pegas o pones cara de bobo y dices algo así como “bien, pues si me interesa ya te llamaré” y te largas con viento fresco a trincarte una cervecita en el bar de la esquina para que se te pase el susto y la mala leche. Quede claro, en primer lugar, que no estoy hablando de una gran capital, ni siquiera de una pequeña capital de provincia, no, capital de comarca y va que te matas; y, en segundo lugar, quede también claro que evito en la medida de lo posible a los mezquinos vampiros de las inmobiliarias: esos buitres avariciosos y sin entrañas me sacan de quicio.

La búsqueda de una primera vivienda se ha convertido en algo así como una versión cutre y castiza de Indiana Jones que bien podría llamarse “Paco Jones en busca de la casa perdida” o “Paco Jones y el ladrillo maldito”, o tal vez en un sucedáneo de Tom Cruise y su-misión imposible. Convencido ya de que para salvarse del pedrusco – o del ladrillo – no queda otra que el alquiler, uno sigue pateándose las calles de la ciudad y perdiendo las tardes en Fotocasa para recibir, una tras de otra, su ración diaria de humillación y desengaño. Uno ya sabe que “ideal parejas” quiere decir “sexto de 50m2, sin ascensor para reformar”, o que “con vistas” quiere decir que le puedes dar la mano al vecino de enfrente cada mañana, pero con más voluntad que el Alcoyano y los de IU juntos, uno sigue insistiendo, y preguntando, y poniendo cara de tonto.

Dicen ahora que el mercado se va estancando, que los pisos van bajando - ¿y cómo iban a subir aún más? - y que muchas inmobiliarias van cerrando – y yo que me voy alegrando: os jodéis -, pero mientras tanto yo me voy desesperando y me voy cansando y también me voy a ir tomando una cervecita antes de ir despidiéndome.



Mientras me tomaba la cervecita, y por sugerencia de mi paciente Laura, me he dedicado a visitar la página de nuestra generosa Generalitat y he consultado las ayudas a jóvenes para compra o alquiler de la vivienda. Tras una primera lectura, no he entendido nada. Tras la segunda, sólo he comprendido que con mi “excelso” sueldecito de funcionario no puedo acceder – ni en broma – a las ayudas de alquiler. La tercera lectura la dejo para otro día. Y a vosotros también os emplazo para otro día, dentro de siete. Habréis comprobado que este ha sido el clásico artículo estival: tema manido, enfoque tópico, tratamiento frívolo y nula utilidad. Pero, ¿qué queréis? Es verano y voy buscando piso.

Enlace de interés: http://www.viviendadigna.org/

© de la primera imagen: North. Viñeta por cortesía de http://zulitos.blogspot.com/, una divertida e irónica página que no podéis dejar de visitar.

2 comentarios:

R.P.M. dijo...

Te lo dije en persona, pero te lo vuelvo a repetir: soy experto en opas hostiles que luego no llegan a nada, pero es una gozada entrar en el regateo. A 410 hay que entrarle con 250 y ni un euro más. A partir de ahí, observa la cara que se le queda al vendedor. Es una manera de disfrutar dentro del "calvario" que supone entrar en el tema inmobiliario. Que haya suerte, compa.

gonzalezcastro dijo...

Sí, Carlos. También fui a pedir una ayuda a la compra de piso y me pareció entrar en un mundo paradójico. Para acceder a ella, el piso tenía que estar a precio de barraca y mi sueldo debía ser de mileurista. Total, que ni acceso a VPO, ni precio tasado ni subvención de ningún tipo. Todo trinco-trinco.