martes, 11 de marzo de 2008

Reflexiones pseudopoéticas sobre un humilde post

Por Carlos Rull
Esto iba a ser un simple y sencillo post – aunque yo casi prefiero la denominación “artículo”, algo más descriptiva tal vez, indudablemente más pedante y desde luego más normativa –, un sencillo post, decía, de corte ensayístico o argumentativo para un modesto blog compartido. El post-artículo iba a tratar sobre las pasadas elecciones – las importantes, claro, las de eurovisión, no las otras - pero repentinamente, sin casi darme cuenta, se me ha impuesto su voluntad insoslayable de convertirse expresamente en

verso que la nada dice,
voz que muerde tierra arriba
en las nubes de engrudo,
labio que rasga cielo abajo,
en el congreso absurdo
de las falsas promesas,

pero luego quiso convertirse, sólo por un par de líneas, en el relato breve de aquel pobre idiota que pensaba ser alguien y pronto se percató de no ser nadie, por el camino sufrió una terrible mutilación intelectual que el mismo cuento no tiene ganas de contar porque de pronto le han entrado ganas de ser

otra vez verso, el reverso
perverso del vericueto del olvido,
rima malsonante,
cacofonía constante,
ripio redundante,
palabra farsante.

y de nuevo, tras percatarse él mismo de su propia fealdad, mi expoema desea volver a ser cuento, tal vez novela – ya veis su pretencioso aliño literario -, pero como son ya las ocho y media de la tarde de un lunes cualquiera se quedará – ahora me impongo - en humilde articulito, ni eso siquiera: se quedará en sencillo y austero post de una sola línea, eso sí, en negrita y cursiva:

¿A quién le importan estas voces desérticas?

7 comentarios:

gonzalezcastro dijo...

Bueno, Carlos, de momento nos siguen importando a nosotros. Yo, desde luego, te leo siempre, aunque a veces no comente tus escritos mutantes (posts, artículos o lo que sean). Aprovecho para decir al resto de los que aquí escriben que leo casi todo, pero que no siempre veo cómo enfocar el comentario. En ocasiones, el comentarista quiere ser más brillante que el autor del artículo -no me escapo a esa tendencia-, corregirle, enmendarle la plana. Y no siempre es justo y necesario. Un abrazo a todos y todas, fraternales compañeros cibernéticos

Anónimo dijo...

…Y me preguntas mientras clavas tu mirada en el ordenata (color opcional): Poesía eres tú compa je,je. Gracias por estar ahí colgado ,que no descolgado ,con notas de distintos colores y humores, por la generosidad de compartir un proyecto al que le crecen los enanos. !Bloguereisions!.

PD) Agradezco tu pluralmirada Andreu y tu reflexión postcomentario. Sin que sirva de precedente y por primera vez, voy a hacer un breve comentario(antigüedad y nobleza obliga) je,je: Coincido plenamente contigo y confieso los pecados del verb@ hecho carne,(tentaciones de enseñar escote), pero, aún así ,creo que una respetuosa y voluntaria opinión(mas o menos barroquita)siempre es un mimo para quien la recibe, un cero superado en el París Dakar…agüita fresca pa el cactus.
Un chupito compartido, aprovecho para brindar por el regreso de Manuelino , me dejo sin comentarios, pero rellena de ternura.

Unknown dijo...

De buen bloguero es dejar consejo, así que agradezco lo ajeno y prometo enmendar lo propio. Es cierto lo que dice Andreu, sin embargo, sobre la psicología del comentario: ¿nos retiene tan a menudo como creo la necesidad de superar al autor el post?

Raquel Casas dijo...

A mí...!

No cal superar l'autor del bloc, per què?

Desèrtica des de la soledat del departament, a l'espera d'avaluar... ës que avui dormiré aquí? Necessito un plegatín

Anónimo dijo...

Yo os leo

ivansan69@latinmail.com dijo...

¿Desérticas voces? Bueno, esperaba dejar un hueco importante con mi partida, pero no esperaba un desierto entero... No te me pongas dramático, hombre, que entonces me sobreviene un ataque de ego. Además, yo ya prometí y prometo (como un suárez cualquiera) que os seguiría leyendo en la distancia. Y pese al silencio con el que castigo algunos comentarios diarios, a veces digo algo. Como ahora. Consuélate, amigo, que más vale pocos y bien avenidos que muchos y todo enemigos. Y si no, lee cualquiera de los artículos del colega Andreu en aMartorell.com y verás qué poca gracia hace que te lean para ultrajarte y mancillarte. Quizá fuera bueno tanto desierto y encontrarse de vez en cuando un oasis, como los tuyos. Gracias por el texto. A mí me duele, pero gracias por sentirme reflejado ahí.

Unknown dijo...

Mi post de una sola línea ha suscitado más comentarios de los que esperaba. Me alegra saber que seguimos vivos y felizmente oásicos - perdón por el neologismo. Ah, me congratulo de leer la voz perdida, siempre un placer, Iván.
Un brindis por que nos siga importando y por que sigamos contándolo. Algún día será presencial.