domingo, 13 de julio de 2008

FIESTA

Por Rufino Pérez


No estaba orgulloso de sus dientes. Partidas las tres piezas delanteras superiores, hubo que extraerlas y poner unas de porcelana. Y, aunque la estética podía dar el pego, el problema es que no podía comer como los demás, a tirón. Tenía, tiene 19 años. En Pamplona hay una fuente desde la que se tiran al suelo los valientes.

Susan se reía, y se reía, viendo tirarse a un mozo tras otro. Había venido de Irlanda, sola. A última hora, su amiga Ellian se había puesto enferma. Y bueno, ella tenía muchas ganas de conocer esas fiestas. Allí se encontró con un grupo de irlandeses, se sintió como en casa, pero más, mucho más animada. No recuerda mucho, sólo que bebió y reía, reía y bebía. Ahora espera en la clínica. El parte médico habla de al menos 3 varones diferentes.

Pedro era un buen chico. Tampoco pretendía demostrar nada, sólo pasárselo bien. Esa mañana, el grupo de amigos cruzó la valla y se quedó allí, pegado a la tranca, pero dentro. Un derrote del animal, justo en el momento en que Pedro se quedó al descubierto. Ahora ya no corre, el bazo ausente y medio estómago se lo impiden.

Y todo esto todavía contando con la sabiduría del reino animal. Aunque hoy día ya no está muy claro lo de los reinos.

La otra cara de la fiesta. Lo difícil es mantenerse en la cara amable. Es el año de los tres sietes. Pero hay gente que no lee nuestro blog y luego pasa lo que pasa. (no quería terminar el artículo en plan trascendente).

1 comentario:

Carla dijo...

uf!
Se m'han posat els pèls de punta. Acabes de descriure a la perfecció perquè no m'agraden gens les festes grosses (carnavals, festes majors, san joans...): la gent es desmadra i solen passar coses terribles que es diuen ben poc. A més, els San Fermines tenen l'agravant de torturar animals... Per mi ja és el súmum.
Ets genial describint coses tragico-profundes.
Un petó.