domingo, 21 de septiembre de 2008

SOY MINERO... (2)

Por Rufino Pérez




Esta semana, el trabajo de fontanería ha bajado un poco y he tenido tiempo de pensar. A mí me gusta pensar, dar rienda suelta a la imaginación, porque no todo son tuercas, codos y sifones.

Me ha dado por pensar en que la distancia acerca. Y diréis, vaya tontería. Pues no.

Si tienes cerca a una persona, puedes hablar con ella, bromear con ella, discutir, en fin, que como estás cerca no le das importancia al hecho de poder hablar, reír, etc. No notas la cercanía, porque la estás ya usando. Compartes la cercanía.

Pero cuando tienes a alguien lejos, alguien querido, alguien con quien te gustaría estar cerca, ¿qué pasa? Pues que piensas, piensas en él, recuerdas las risas entre amigos, las bromas de compañero a compañero, en fin, que te acercas más a la persona, porque notas que hay distancia. Esa persona está tan cerca que la notas dentro de ti. Entre los dos hay distancia cero. Y la risa, las bromas, recordadas parece que te tocan, que suenan realmente cerca. Y en ese momento percibes la distancia pero en la cercanía.

Bueno, yo soy fontanero y no escritor, disculpad que no me explique bien. Lo que pasa es que a veces pienso. Y eso es bueno, digo yo, pero a ver si aprendo a escribir y otro día lo cuento mejor.

Ale, que mañana es lunes y hay que ir a trabajar. Fontanero a tus zapatos, que tú piensas mucho pero hay faena por hacer.

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