jueves, 9 de octubre de 2008

Ugarit


Por Raquel Casas


En Ugarit las flores son más azules, tienen un azul artificial y esponjoso como la piel de un pequeño pony sin tara. Yo recogí algunas para ponerlas en la verja.
Nos llevó K, conocía bien la zona. Aunque después descubrí que ella lo que deseaba era tirarse al río cuando cayera la noche. Llevaría el pelo suelto, el uniforme escotado y la mirada borrosa de khol. También cantaría, pero poco ya que los cuerpos son como las islas y caen deprisa.
Pero no pudo hacerlo. Bajó por las rocas hasta la orilla y no saltó; se quedó clavada mucho tiempo con los ojos de piedra y un libro abierto por la página central.
Desde entonces evita las flores, los poemas enfermos y los días brillantes porque el remordimiento la va siguiendo con su perfume azul como una profunda sombra pegajosa.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

burlang:
Només et puc dir una cosa , q m'ha arribat!! Tens habilitat per endinsar-te en el més profunt dels éssers,continua aixi ...
petonets des de la city ..fins aviat!

José García Obrero dijo...

Cómo se puede sugerir tanto en tan poco espacio! Me ha llegado y me ha engullido.

Un abrazo.

Raquel Casas dijo...

Gràcies pels vostres comentaris, sou molt amables.

Mi pequeño pony remueve la crin de felicidad.