Por Ruben García Cebollero
Cuando los Mossos detuvieron a los tres individuos, no tardaron demasiado en confesar. Ninguno de ellos llevaba papeles, y los sacos que cargaban en camellos llevaban mercancía por demasiado valor como para creer que era legal. La confesión de los tres fue unánime: "Yo soy de Mamá Noel".
Según fuentes cercanas a la investigación aún no se sabe si esto fue a causa del incienso, de la mirra o del oro. Y que Mamá Noel respondió: para morir de amor no hace falta tener tiempo.
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