martes, 3 de marzo de 2009

Autorretrato en palimpsesto




Por Óscar Sotillos



El pintor se enfrenta al lienzo con una paleta de mil colores y una pared plagada de fotografías. Todas ellas son instantáneas de la misma persona pero tomadas en diferentes épocas. Imágenes captadas por diferentes máquinas que han sido disparadas por diferentes dedos.



El pintor decide empezar por el paisaje. Inevitable, surge una pradera con colinas que recortan el horizonte. Lo que el pintor no entiende es por qué un paisaje del Bosco se ve poblado con las fantasías de Chirico y Magritte. Lo deja para más adelante y se adentra en el rostro. Recibe las imágenes de la pared y las intenta sintetizar en una suerte de caleidoscopio. Cubista, me ha salido cubista, se dice a sí mismo, pero de repente, en una de las caras de su particular cubo de Rubik ve aparecer una pintura oscura, como una sombra de Goya o tal vez un comic de Corto Maltese. Lo que faltaba, se dice y enfurruñado pasa un trapo que emborrona la pintura.



La tela queda abandonada al equilibrio de su caballete. Pasa la noche en silencio y absorbe la mezcla de colores hasta que vuelve a su estado original, blanca, pero con pequeños relieves grabados, las inevitables sombras de un palimpsesto.

4 comentarios:

paula dijo...

Las sombras de la memoria,el arte del encuentro....del post,saltan salmones Óscar...vaya tela je,je.
abrazo.paula

Carso dijo...

los salmones son peces que remontan rios, auqnue sean de tinta. menos mal que no has visto medusas, que tambien las hay debajo de las mascaras.
un besote, paula.
oscar

Unknown dijo...

Eso sí que son máscaras de carnaval, como el rostro de los salmones, jeje... Los cuerpos son palimpsestos. Los rostros también. Es probable que incluso las palabras, y las voces. Cuanta sombra bien asimilada tras lo que escribes.

paula dijo...

Ja,ja las he visto a la segunda,ando un poco palinserso,pero soy escorpión y una copiona contracorriente.
un besote,oscar
paula.