Llevaba tiempo ansiando ver a ése famoso domador de emociones, a ése encantador de vacíos que repartía magia gratis. Sólo lo conocía de referencias, de comentarios en armoniosas tertulias con gentes que hablaban maravillas de sus actuaciones, en vivo y en directo, en este circo de Sol.
Lo imaginaba, en un día de 13 lunas, saliendo a la pista montado en un unicornio azul, con una capa blanca que cubría su transparente bañador de espuma, su pelo caracoleado peinado con ecuatoriana raya de hemisferios y perfumado con sabor a mar.
Desmontaba en el centro de la arena y empuñaba con fuerza su látigo de horizontes para amansar feroces tormentas y después se lanzaba, sin miedo al vértigo, a meter la cabeza entre sus húmedas fauces.
Todos los días antes de acostarse miraba las noticias de teleuniverso con la esperanza de conocer dónde y cuándo actuaba su héroe .Se sentaba en el suelo probando diferentes posturas, que en ocasiones rayaban el masoquismo, para intentar escuchar mejor. Pero las silenciosas y brillantes estrellas presentadoras de noche hablaban tan bajito, que hasta las palomitas que comían sus pensamientos distorsionaban los susurros y no había forma de enterarse de nada.
Ya de madrugada recogía, una vez más, sus michelines doloridos por terrenos kamasutras, les daba una fuerte friega para continuar viendo las estrellas y se metía en la cama para visualizar a su seductor artista entre sueños…allí, le hacía el amor con equilibrada locura.
Lo imaginaba, en un día de 13 lunas, saliendo a la pista montado en un unicornio azul, con una capa blanca que cubría su transparente bañador de espuma, su pelo caracoleado peinado con ecuatoriana raya de hemisferios y perfumado con sabor a mar.
Desmontaba en el centro de la arena y empuñaba con fuerza su látigo de horizontes para amansar feroces tormentas y después se lanzaba, sin miedo al vértigo, a meter la cabeza entre sus húmedas fauces.
Todos los días antes de acostarse miraba las noticias de teleuniverso con la esperanza de conocer dónde y cuándo actuaba su héroe .Se sentaba en el suelo probando diferentes posturas, que en ocasiones rayaban el masoquismo, para intentar escuchar mejor. Pero las silenciosas y brillantes estrellas presentadoras de noche hablaban tan bajito, que hasta las palomitas que comían sus pensamientos distorsionaban los susurros y no había forma de enterarse de nada.
Ya de madrugada recogía, una vez más, sus michelines doloridos por terrenos kamasutras, les daba una fuerte friega para continuar viendo las estrellas y se metía en la cama para visualizar a su seductor artista entre sueños…allí, le hacía el amor con equilibrada locura.
2 comentarios:
Paulita, Paulita... y los sueños, sueños son, que cantaba el Aute, aunque muuuucho antes lo dijera ya Calderón -aunque al revés.
Pues nada, habrá que soñar. Pásame el teleteléfono ese del universo con lectura en Morse estrellado, a ver si encuentro a mi unicornio y su jinete.
Beso, guapa, hoy no estoy pa'más. Y me he conectado sabiendo que estabas tú, chati, si no, te caía lluvia de ausencia, krd. Nos vemos
Ya te contaré , ahora ando viendo pelis en blanco y negro ....pero el color ya está inventado en los azules.
Cuidate ,ni comentada ni comentarista andamos ahora para muchos trotes y menos para hacer equilibrios je,je.
Gracias por tu cortesía sister.Muac!!!!
Publicar un comentario