lunes, 29 de marzo de 2010

Al loro: ¡que vienen los Sioux!


Por Ester Astudillo


en la semana temática de 'al loro'
(cualquiera que sea su significado)



Ahí estaban al despertarme. Flotando tras el sueño, como la peor de las pesadillas: con la deshonrosa virtud de crecerse al desamparo de la vigilia. Ahí estaban sin estar; estaba su anverso, el negativo en el espejo.

Habían tomado la tierra al modo salvaje –aun con rubia cabellera-: hacia el oeste siempre, pero con la aspiración equivocada. Eran un híbrido feo de nómadas, romeros y aspirantes a propietarios. Hoy los conocemos por otro nombre.

Después de saquear el territorio con équidos, mosquetones y demás armas de igual fuerza persuasiva, plantaron sus campamentos en los márgenes de lo que dieron en llamar ‘road’.

El desierto se hacía lodo tres veces al año y quienes quedaron atrás y abandonaron el bando del eterno viajante, embarraban, a un margen y a otro, con sus ‘boots’ y su típico descuido, las tablas que fueron creciendo con etiquetas de ‘saloon’, ‘store’ y más tarde ‘fort’.

El barro en las plantas no les fue obstáculo. Se inventaron otros nombres para sus peregrinos emplazamientos, lastimosas hileras huérfanas como límites de embudo que escupían su ira contra la aridez en torno.

Un día, hubo un tren polvoriento trazando una cruz allende el filo del desierto. Otro día, despertaron conocedores de la palabra ‘bank’.

La ambición con nombre de ‘dobloon’, ‘galoon’ y ‘gold’ les dividía el corazón.

Los que sobreviven, aquellos que no salen en mi sueño, lo hacen en reservas hoy patrimonio de la humanidad y cuentan de sus denodados esfuerzos por no perder el primer puesto en el ranking de índices de alcoholismo y suicidio.

5 comentarios:

José García Obrero dijo...

Vaya, Ester, no te conocía esta beta de narradora y creo que detrás hay una mina de "gold" de las que harían las delicias de los personajes de tu relato. Muy sugerente tu western rociero.

Un beso.

Anónimo dijo...

Ya, ya, muy bien, muy correctito,pero parcial, eh? Ya nos hemos olvidado de alguien, ya hemos puesto la etiqueta de los buenos y los malos, pero siempre nos olvidamos de los mismos, los que se sacrificaron por la verdad, los que plantaron lugares llamados "mision" por toda la geografia al oeste de los Apalaches.

Los misioneros ayudaron a los indios a ser civilizados, a superar su paganismo, y también consiguieron que los cristianos no se pasaran.

Claro, ahora nadie les recuerda; ahora sólo tenemos en mente los últimos titulares que señalan a esos "tocaculosdeniños" como. Y el pobre Joseph Ratzinger, que ni siquiera estuvo en el Oeste, ha quedado señalado por haber intentado ser discreto.

En fin , que esos indios bebedores y esos niños "acariciados" han debido olvidar la palabra "sacrificio" y la bondad del perdón y el silencio.
Sor Renun

Beatriz dijo...

Gracias, José. Esto de al loro lo cierto es que no me ha inspirado mucho, así que se ha hecho lo que se ha podido.

Oye, no es que yo esté muy puesta, pero el Rocío no es en abril? Vas a salir porteando un paso, haciendo de costalero? Jaja!

Muax;-)

Lo suyo, Renun, es demasiado psicodélico para que ni siquiera se merezca un ápice de tinta -auqnue sea pixelada.

José García Obrero dijo...

Si es que le tengo que dar la razón a Sor Renum, ¿es que nadie entiende que lo que le pasa a los curas es que tienen tanto amor que dar que lo subliman y, claro, se desborda en los más inoportunos? ¿Es que nadie se cuenta? Hace bien Matzinger en callarse como una puta, perdón, en ser discreto.

Carso dijo...

curiosamente el otro día conocí un dato sobre la historia de los indios norteamericanos, el congreso de los eua apenas les dio la nacionalidad americana en la década de los años 20. a ellos, los verdaderos americanos...
vivir para ver.