lunes, 5 de abril de 2010

Rallentando


El pánico es
un furor detenido. En un principio
fue el pánico.
Tuvo que serlo.

CHANTAL MAILLARD en Hilos

Cuando esperamos hechos posibles
sólo la soledad nos acompaña

ELENA MEDEL




Por Ester Astudillo


Puse el corazón en salmuera,
mi esfínter del pánico.

Cauterizan en salino
¿ausencias bisiestas cuántas?

Y quieren marcarse un tango con la lluvia
en el estante bajo
de mi armario amarillo.

Y ella, metrónomo dúctil de estación,
naftalina piadosa -este año-
con las prendas de a diario,
cuenta a partir de aquí
y de ahora
los latidos que mi pecho
no echa en falta.

4 comentarios:

Carso dijo...

todavía estoy recuperando la respiración, Ester.
estás enchufada a lo que lees. cada libro del que extraes una cita te da el pasaje a un poema-acrobacia-dragonkhan:
"Puse el corazón en salmuera,
mi esfínter del pánico."
y mira que el corazón es órgano y palabra usada hasta la saciedad, zafiedad y más iedades, pero ahí le has dado un giro que aún anda mareado.

Beatriz dijo...

Jaja, querido Carso. Tu pitufa no anda metida en monas-micu todavía? Nosotros tampoco, aunque bueno, somos de una tribu un tanto especial, en peligro de extinción.

Pues no, cheri, el poema tiene ya unos meses y las lecturas fueron posteriores, la de Maillard tan posterior que la acabé hace 3 días, pero como me estoy haciendo adicta a las citas, las tenía recogidas y pensé que de alguna manera podía meterlas ahí, que tal vez no fueran del todo disonantes.

Respira, hombre, respira. Si quieres en un tris-tras vengo a hacerte el boca a boca, que tengo un cursillo de la Cruz Roja y todo, jaja! Qué delicioso eres, en el santo y ecuménico día de la mona, malandrín!. Si fueras de chocolate te comería entero. Pero no lo eres, ¿verdad? Snif!

Todo lo que me gusta o es inmoral, o ilegal, o engorda!

Muax muax;.)

ps. Calienta motores!!! Tenemos una cita para St. Jordi, don't we? Do you remember?

Montllanes dijo...

Que razón tiene la Medel cuando dice que la soledad nos acompaña y como cuesta encontrarla.
Tu poema me ha recordado como pasa el tiempo. La velocidad que nos atrapa y la naftalina que nos lo recuerda.
Un abrazo Esther.
Antonia

R.P.M. dijo...

El armario amarillo me recurda La lluvia amarilla de Llamazares que tengo reciente. La naftalina amarillea las prendas blancas, pero lo bueno es que el corazón late todos los días y ni cuenta los latidos que no echa en falta ni tampoco los que le quedan por dar. Simplemente late. Y que siga. Precioso y desde adentro Ester.