miércoles, 5 de mayo de 2010

Coherencia

Por José G. Obrero

“Amo a mi prójimo como a mi mismo”. Dijo el verdugo momentos antes de saltar desde el ático.

14 comentarios:

Carso dijo...

un tío coherente, sí señor, lástima que no se le ocurriera demostrar ese amor propio antes de realizarse profesionalmente.

Beatriz dijo...

Coño, estamos minimalistas últimamente!

Bueno, qué quieres, Carso? Era funcionario, jeje! Y luego se ve que se arrepintió. Brrrrr!

Mercè Mestre dijo...

-Pero no sabemos como acaba -dijo el sádico.
-Bien -dijo el forense.
-Mal -dijo el taxista.
-Bien mal -dijo el cliente del taxi.
-El viandante no pudo decir nada.

Carso dijo...

minimlaismo a minimalismo se puede escribir una novela a 7 minimanos.

José García Obrero dijo...

Esto es como el chiste del perro que habla y que después de pasar de hacerlo le dijo al dueño: "joder, tío, es que no se me ocurría nada..."

Mercè Mestre dijo...

Seguro que el amo debía ser el viandante, que no le pudo contestar nada a su perro porque lo había chafado el verdugo que le había caído desde un ático

Beatriz dijo...

Bueno, y quién coño asegura que los verdugos no eran proclives al suicidio? Y si tenían raíces finlandesas o danesas, más aun.

Ahora bien, condición de 'verdugo' ∩ 'finlandés' creéis que son compatibles? O tienen intersección 0?

ps. 7 minimanos con miniletras = mininovela, jeje! O tal vez = antología??? Glups!

Beatriz dijo...

La qëstió, Mercè, és: qué dijo el funcionario? Dijo algo? Llevaba mordaza? Tenía boca? Tenía voz? O només tenia cadira?

Que siga la ronda de disparates. Una para líneaaaaaa!!!

Mercè Mestre dijo...

O sea, que un verdugo viquingo salta desde un ático (en todo caso no sabemos si para suicidarse o para llegar más rápido a su trabajo -era nórdico-) y aplasta a un jubilado que paseaba a su perro. El perro se queda sin palabras y, cuando recupera la voz y habla, su dueño no puede contestarle porque está muerto. El forense se frega las manos ante el estupor de un taxista con pasaje.

Cuando lea esto el sádico, preguntará: ¿pero cómo quedó el verdugo?

José García Obrero dijo...

Acabamos de hacer, así como quien no quiere la cosa, la semana del relato encadenado. Yo apuntalo con lo siguiente: el perro al final, cuando ve al amo con la cabeza despachurrada, los sesos por el suelo y los ojos fuera de las cuencas dice: "no te pongas así que yo también me he asustao!" (es por seguir dándole cuerda a la veta chistosa que tengo hoy).

Beatriz dijo...

Para llegar a la meta el camino más rápido, como todo buen nórdico que se precie sabe, es trazar la bisectriz sobre la hipotenusa del triángulo entre los vértices colindantes, luego hallar la secante y multiplicarla por el sen del ángulo alfa y dividirla por el cosen del ángulo beta. El resultado es gamma, cuya tangente es el ángulo que el verdugo vikingo debe formar con la superficie que se sostiene para lanzarse al vacío con eficacia máxima (es decir, con una velocidad que multiplicada por g sea supersónica o casi). El resultado, como el pobre perro, seguidor de la estética del desconcierto y el estupor, descubrió, es un encefalograma plano quasi-instantáneo: piiiiiiiiiiiii________________. Thus spake Zarathustra.

Un chian andalus (altrament, el perro -vikingo- del hortelano):)

Mercè Mestre dijo...

Ya debía haber cerebro desparramao, ya...

El sádico

Beatriz dijo...

Ecs!!! Es que 5 l de sangre verduguiana -y nórdica para más inri- dan pa mucho. Como son más altos...

;) Jo crec que la nova era glacial ens està glaçant les neurones -les que ens quedaven, vull dir.

paula dijo...

A quien le dejo la co-herencia...muerte de pena o pena de muertes....a otro verdugo o dejo la hipoteca del atico?.
Con ese karma seguro que se reencarna,espero que esta vez se haga mantequilla danesa je,je.
Los coherentes comentarios...son pa colgaros entre sonrisas...no andeis tentando je,je
Bona nit y descansar neuronas!!!!