martes, 6 de julio de 2010

Volverán las tupidas madreselvas.

Por Carlos Rull

- Me voy – me dice. Su rotundidad es innegable; su firmeza, indiscutible. Es taxativo y asertivo: categórico y casi tosco. Y con esas dos palabras significa también que no piensa volver. Se va, dice con convencimiento, clavando en mi pupila su pupila marrón y toda su rabia – cree él - en mi corazón. Antes ha afirmado tener motivos.
Veo en su espalda una mochila, imagino que con las cuatro chucherías que no es capaz de dejar atrás y un par de mudas mal planchadas. Ase con la mano derecha un maletín con su ordenador portátil. Con ínfulas de una determinación y un arrojo que no posee, muestra en la mano izquierda el manojo de llaves, que arroja con energía al suelo cuando repite enfáticamente:
- Me voy.
Yo vuelvo a mi lectura y no levanto la vista del libro de Dickens hasta oír el portazo. Entonces enciendo un cigarrillo y sigo leyendo mientras la luz del día me lo permite. Ya anocheciendo, abro una botella de tinto, corto varios quesos, preparo una ensalada griega y una tortilla de calabacín. Pongo la mesa. Oigo el timbre justo cuando acabo de encender las velas.

4 comentarios:

Carso dijo...

qué sangre fría, qué temple haciendo tortilla de calabacines, qué maestría con los relatos cortos.

Beatriz dijo...

Per un moment pensava que ella, o sigui tu -que ja sé que se't dóna molt bé això de la cuina, ja tens una altra cosa en comú amb la renun- volia celebrar que per fi el pelma havia marxat. Vet aquí per què la preparació romàntica i la creació d'ambient.

Però després, ai las!, què dir-ne d'això, clímax? Anticlímax? Pax romana? La mateixa pedra? Alto-el-foc? Madreselva? Que poc romàntic t'estàs tornant, jefe! M'ho xivaré a la Laura, ja hi pots comptar.

ps. Des de casa sento els teus udols a la lluna. Si et fa il·lu, puc acompanyar-te ;P)

Unknown dijo...

Los relatos cortos no sé, pero la torilla de calabacín me queda divina.
Aaauuuuu!

Beatriz dijo...

Auuuuuuu, auuuuuu, hombre lobo en París;)