domingo, 10 de octubre de 2010

A PRISA

Adictos sin remedio a la rutina,

con prisa caminamos

entre un sinfín de cosas cotidianas

con la estúpida idea

de ganarle un segundo a nuestras horas.


¿A qué este acelerado devenir?

¿A qué tanta presteza

cuando el premio final,

la gris medalla del anonimato,

es igual para el último

como para el primero?


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estamos con contratos ETT...

Unknown dijo...

...incluso muchos no tienen ni eso... pero celebro que hayas dedicado un par de minutos a leer este poema. Siempre es bueno pararse un poquito en el camino. Gracias.

R.P.M. dijo...

Me vengo a mi doble del domingo. Cuando no me toca publicar me descuelgo del blog un tanto. Pero luego me gusta repasar lo que se me queda atrás. Y la verdad es que yo no me resigno a ser el último. Debe ser cosa de mi afición a las carreras. Me ha gustado la sencillez y hondura con la que has tocado algo muy importante: la aceleración inútil. Guay.