jueves, 2 de diciembre de 2010

Animalitos


Por Raquel casas


Hace meses que tengo un invitado en casa. No es un animalito, es un animal grande, creo que es callejero. Aún no lo he visto porque se esconde cuando yo entro o cuando me oye. Simplemente he pillado de refilón su sombra cuando buscaba la puerta. Quizá vino en busca de calor y comida y se ha quedado. Yo le dejo siempre un bol con cosas exquisitas (carne, sardinas…) y agua. A mí me gusta tomar el sol en el balcón y sacar la cabeza por la ventana para observar el tiempo, pero él prefiere estar en las habitaciones o en el sofá. Me gustaría que me tuviera confianza y pasara algunos ratos conmigo. Tal vez podríamos jugar. O charlar. Nos haríamos compañía.
Ayer pasó algo extraño. El animalito no vino solo a casa, llegó con alguien. Entraron a casa juntos, con cautela, pero intercambiando algunas palabras, o lo que fuera. Yo pensaba que sonaría algo así como miau o meow, pero no. Eran unos sonidos extraños. Cuando me acerqué, desaparecieron. Hoy ha ocurrido otra vez. Hace un rato he entrado silenciosamente a la cocina y los he visto por primera vez. Eran un macho y una hembra, los dos grandes. Emitían sonidos, debían de estar hablando. Agucé el oído y pude percibir su lenguaje; el macho, mirándome, le dijo algo así como “tenemosungatoencasaparecequesequierequedar”.

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3 comentarios:

Mercè Mestre dijo...

Com "Los otros", però en gat. Wapo.

Anónimo dijo...

TU I ELS GATS XDDD JEJEJE
BURLANGAAA!

Laerke Saura dijo...

És la Bichi, oi? Que maca!!
Diuen que els gossos s'assemblen a l'amo, es nota que els gats tbé!