lunes, 17 de enero de 2011

Pungent / Acre



By / Por Ester Astudillo


It’s the piquancy of bay leaves, darling,
that always brings you back.

Not the many times we pinned the moon down,
how we reversed the alphabet in the good days
to plant the soil with seeds
for words like ginseng or rutabaga.
That day we truly got to the meaning of infinite.

Even if the smell of spicy liquor
comes with the picture of you
and the memory of us undoing
all our precious steps,
two beaten fairy tale crumb-seekers,
it’s in the piquancy of bay leaves, my dear,
that you never fail to appear.

* * *

Es el acerbo de las hojas de laurel, cariño,
el que te trae siempre de vuelta.

No las muchas veces que descolgamos la luna,
cómo volvimos el alfabeto del revés en los buenos tiempos
y plantamos la tierra con semillas
de palabras como ginseng o jengibre.
El día en que de verdad tuvo sentido el infinito.

Incluso si la esencia especiada de licor
trae consigo tu foto
y el recuerdo de los dos deshaciendo
nuestros preciosos pasos, uno tras otro,
dos derrotados rastreadores de migas de cuento de hadas,
es con el acre del laurel, querido,
cuando nunca dejas de hacerte presente.

14 comentarios:

Bruno Jordán dijo...

Me encanta, Ester: el día en que de verdad tuvo sentido el infinito...

Beatriz dijo...

Gracias, Bruno. Pero no vamos a ponernos lacrimógenos. Vamos a llevar a los animalillos a bendecir junto con los burros...;)

Carso dijo...

tu poema tiene sabor, acerbo, sin duda, pero perceptible incluso para las pupilas gustativas.
a mí, el café, sin azúcar.

Carso dijo...

vaya, en realidad quería decir papila gustativa, pero creo así queda mejor. pupila gustativa.

Beatriz dijo...

Merci, cheri. Te ha quedado una metáfora muy sinestésica...

Las cosas fuertes, on the rocks, ya veo...;)

Jordi dijo...

dos derrotados rastreadores de migas de cuento de hadas.
muy acertado, me gusta.

Mercè Mestre dijo...

El llorer de Proust?
Acre, la ciutat sagrada?
Quin poder de convocatòria, les llavors de les paraules!

Beatriz dijo...

Però la de Proust... no era la magdalena???

Les paraules és la millor collita que pugui mai donar cap sembrat.

Bueno, los pobres rastreadores de migas... es el sino que les dieron las palabras. Yo no hice nada, estaba todo dicho, jeje.
;)

Anónimo dijo...

Llorer o llorar, aclárese. Y ese Proust, quién es? Otro amigo judío suyo, o amigo de María Magdalena, que era puta. En fin, que unas veces se pone usted explícitamente agreste, y otras, como ahora, lacrimógena. Pero, en fin, por una vez le digo que me ha gustado. Pero que nadie más lo sepa.
Sor Renun

Beatriz dijo...

Agreste, agrio y acre... vienen del mismo étimo, Renun. Vd. sabe lo que es un etimo?

Ya sé por qué le ha gustado: porque se ve a sí misma trajinando con laureles y hierbajos en la cocina, que es el lugar de donde no debiera nunca salir.

A mí, lo que pasa, es que es el laurel, en lugar de la cebolla, lo que me hace llorar. Por eso huyo de la cocina;)

Jesús Belotto dijo...

Quina acritud i que pungent (ja veus, he de practicar...). le plus grand honneur du poète [est] d'accomplir juste ce qu'il a projeté de faire (Votre bien affectionné, C.B.).
Las pupilas gustivas, sí señor.
Las putas Marías Magdalenas de Proust, sí señora.

las palabras son trampas

Beatriz dijo...

Jaja, pero lo dices con acritud, Belotto???

Tú juega, juega, y verás...
;)

paula dijo...

Una ramita de laurel pa coronita lunera. Me ha encantado Ester, buen gustito a tu agridulce poesía...a la que no Renunciaré le pese a la sor que le pese.Las putas magdalenas tienen buena miga y quitan jambres de cuentos...más que las perdices que no vuelan...son el laurel de la cazuela, al fuego lento pecadooooooooor.

Beatriz dijo...

Se te echa en falta por aquí, sister. Qué es de tu vida? No te habrás dormido en los laureles?

Besazo XL;)