El aire se llena de suave perfume azulado. Los ojos miran a los ojos sin que los párpados cierren la luz. Los misterios se hacen insondables en su transparencia.
Brillan los días y se tiende la noche que alberga el enigma de miles de almas caminando hacia los confines de la tierra. Escapan las risas resonando en el tímpano de los sentidos. Sobre la Tierra fluye el magma de los siglos unidos por la fiebre de la vida.
Los caballos llevan sueltas las crines y galopan en suave murmullo. No llevan silla de montar.
Negro, un gato. Otro, gato negro. Y sus ojos son chispas que encienden el color de la penumbra.
Y hay vida detrás de la vida. Sueños sencillos. Palabras sencillas. Sonrisa y llanto. La vida.
Huye el ciempiés de melancólica compasión. Se escapa el gusano mórbido de impreciso color. Vuela el lisonjero cuco hacia el abismo.
Envuelta en el viento suave de un atardecer de lluvia de estrellas, cabeza erguida, sonrisa leve, sola, sin dama de compañía, enfundada en pantalón vaquero, con paso firme, blusa blanca y carmín rosado para los labios –el púrpura Margaret Astor ya pertenece al pasado- con alegría de estrenado viernes, Morgana ha vuelto.
Brillan los días y se tiende la noche que alberga el enigma de miles de almas caminando hacia los confines de la tierra. Escapan las risas resonando en el tímpano de los sentidos. Sobre la Tierra fluye el magma de los siglos unidos por la fiebre de la vida.
Los caballos llevan sueltas las crines y galopan en suave murmullo. No llevan silla de montar.
Negro, un gato. Otro, gato negro. Y sus ojos son chispas que encienden el color de la penumbra.
Y hay vida detrás de la vida. Sueños sencillos. Palabras sencillas. Sonrisa y llanto. La vida.
Huye el ciempiés de melancólica compasión. Se escapa el gusano mórbido de impreciso color. Vuela el lisonjero cuco hacia el abismo.
Envuelta en el viento suave de un atardecer de lluvia de estrellas, cabeza erguida, sonrisa leve, sola, sin dama de compañía, enfundada en pantalón vaquero, con paso firme, blusa blanca y carmín rosado para los labios –el púrpura Margaret Astor ya pertenece al pasado- con alegría de estrenado viernes, Morgana ha vuelto.
4 comentarios:
Morgana, bruja y hada...la perdición.
Un abrazo
Menudo peligro tiene Morgana... ten cuidado Rufino,)
Morgana sempre estarà... allà on cada dona reconegui la seva Lilith interna.
Una abraçada, Rufino, tu que ets una raresa: què bé que entens l'ànima femenina!
Creo en la fuerza de la mujer como ser humano y Morgana-Lilith es una dimensión que da a la mujer un sentido distinto, más completo. De todas formas, recojo tu consejo Rubén. Y tu aviso, Cristina.
Publicar un comentario