jueves, 8 de mayo de 2008

Taras


Por Raquel Casas


Amarilis y Kyoichi se detienen en el barrio de Shibuya, entre edificios que los acogen como flores carnívoras. Es el último paseo, después vendrá el invierno.
Kyoichi le pregunta si le duele el tatuaje y ella le responde que no, se ha curado completamente, ¿lo quieres ver? Los ojos de Kyoichi asienten.
Amarilis se recoge la falda azul del uniforme y empieza a subírsela lenta y suavemente hasta que asoma el triángulo blanco de las bragas. Se lo aparta un poco y en la ingle despunta el brillo metálico de un pequeño pony. Kyoichi se agacha para observarlo y adorarlo para siempre. El tiempo se congela en su retina y el corazón se le llena de angustia porque en ese instante comprende todas las canciones de amor y las peores películas románticas. Decididamente asume que no podrá vivir sin ese animal a su lado.
¿Puedo besarle la crin? Su voz es suplicante. Amarilis se baja la falda y le dice que el amor es una tara, una maldita tara que sólo existe en los libros, por eso ya no lee.
Oscurece en el barrio de Shibuya y el rostro de Kyoichi se vuelve transparente entre las luces intermitentes de los rascacielos. La ciudad no los puede salvar. Siguen caminando; Amarilis le dice que aún son jóvenes y que le prestará su corazón durante cinco días.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

burlanga : Ay! la ciutat de poc et salva , prestarte cinc dies potser pero, és molt? jeje ha estat de sort la protagonista les nenes ( divorciades y separades jeje) del bikini com a molt t'agafen prestat un parell d'horetes jeje Ara en serio t'has ficat en una pell d'una altra sexualitat ( crec q es rollo bollo ), quina imaginació! amb lo hetero q ets tu rak.. i lo q t'agraden els nens eh jejeje
Records a la parròquia ! muak!

Anónimo dijo...

Empieza a hacer frío, sensata opción ponerse las bragas de montar ,aunque sean de rebajas, aunque tengan Tara (bonito nombre).Las ciudades, tienen duales bancos, en plantas carnívoras, donde pedir prestamos, aunque sea de miradas….la tarjeta joven ,no da para mucha hipoteca y hay que leer la letra pequeña(esas pequeñas cosas que pony)je,je.
Un abrazo.Paula

Anónimo dijo...

SOMOS JOVENES!!!!

Raquel Casas dijo...

Ja, ja, Burlanga, quina fama m'acabes de penjaaaar!

Sí, todo es pequeño, como los ponys, como las taras.

Imma, ets tu, segur! No et queixaràs jovenívola!

R.P.M. dijo...

Aparco por aquí después de que todos han retirado ya sus vehículos, pero así es el tiempo que me lleva. Ese pony-corazón es un tesoro y Amarilis lo sabe, por eso lo comparte. A ver dónde aparece en el próximo capítulo, llevado por el avión de papel. Un abrazo.