EL DOBLE
No esperaba nada y sin embargo, todos los días abría el buzón con inquietud. Hacía ya tiempo que había superado su claustrofobia y sin embargo, subía siempre a su casa, un séptimo, por la escalera. Cuando abría la puerta, esperaba un minuto con la llave puesta en la cerradura porque creía oír ruidos extraños dentro. Y sin embargo, en el periódico, al pie de su foto, se leía: “Héroe anónimo salva a varias personas de morir ahogadas”.
ADIVINA, ADIVINANZA.
Te quería, sí. Nunca te lo dije. Creí que lo adivinarías. Pero las mujeres, ya se sabe: adivinan lo que no ven, porque lo que ven, ya está adivinado.
No esperaba nada y sin embargo, todos los días abría el buzón con inquietud. Hacía ya tiempo que había superado su claustrofobia y sin embargo, subía siempre a su casa, un séptimo, por la escalera. Cuando abría la puerta, esperaba un minuto con la llave puesta en la cerradura porque creía oír ruidos extraños dentro. Y sin embargo, en el periódico, al pie de su foto, se leía: “Héroe anónimo salva a varias personas de morir ahogadas”.
ADIVINA, ADIVINANZA.
Te quería, sí. Nunca te lo dije. Creí que lo adivinarías. Pero las mujeres, ya se sabe: adivinan lo que no ven, porque lo que ven, ya está adivinado.
1 comentario:
Ja,ja ellos "cortos",pero tú largo compa,usas la dimensión femenina.
PD)Apostar fuerte,es doble o nadar
Un abrazo.paula
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