domingo, 26 de abril de 2009

ARTE Y ROSAS

Por Rufino Pérez


Si un corazón no tiene rosas, las rosas no brotan de su sangre. Y aquel dragón tenía un rosal en su corazón. Un rosal del que sobresalían las espinas, duras lanzas ancestrales clavadas día a día con la ofrenda de una doncella. El arte está hecho para ser devorado. El dragón conocía lo simple, él era una criatura prehistórica, de las que no aparece en las cavernas junto al bisonte o la cierva. Sin embargo, había sido creado junto con ellos en la más pura y simple existencia. Más allá del tiempo.

Las imágenes han de ser devoradas. Comer las palabras, la materia de la que están hechas las palabras, el arte. Sólo el artista devora el arte para crear en la cadena del tiempo su propio arte. Nadie se acercó al dragón. Sólo las doncellas impelidas por su propia especie, por su propio pueblo que las elevaba a categoría de mártires. Y en los ojos del dragón, una lágrima mojaba el pincel con el que cada día pintaba la rosa femenina, la esencia devorada de una doncella. Como el arte. Como esa materia que hay que devorar para contenerla, para crear de nuevo.

Y Jordi mató al dragón. Dele dios mal galardón.

6 comentarios:

José García Obrero dijo...

Rufino, ¿se puede decir más en unas cuántas líneas? Tus microrrelatos de los domingos somo como la avecilla que me canta al albor, voy a matar al ballestero para que no se le ocurra fastidiármelos. Mucha belleza.

Un abrazo.

Mercè Mestre dijo...

Me has hecho pensar en El Perfume, aquello de devorar belleza para destilar arte, aunque sea a costa de la vida.

Y esos dragones solitarios, perdidos en el tiempo, anónimos, monstruosamente bellos... tu relato será micro pero yo lo veo macro.

paula dijo...

Leyéndote me ha venido una palabra a la cabeza : SABOREARTE...un draconiano placer compa.
un abrazo.paula

R.P.M. dijo...

Vuestros comentarios me seducen. Vais a lograr que no pierda domingo sin publicar. Lo que ya no os aseguro es que os guste cada artículo. Te pasaré la flecha precisa para que te cargues al ballestero, José, compañero de romances viejos. El Perfume tiene una fuerza increíble como narración, me hace ilusión tu asociación con este humilde post. Gracias Mercé. Y a ti Paula, con lo cerca que estamos y lo poco que nos saboreamos. Hay que enmendarse delante de una taza de té en la plazoleta. Gracias a todos.

Carla dijo...

Rufino... meravellós. Tan de bo el drac se salvi en tots i cadascú de nosaltres.
Petons

Unknown dijo...

Tembloroso me dejas, dragón. Magnífico.