miércoles, 10 de febrero de 2010

Café de Candem


Por José G. Obrero



Soluble.
Un puñado de sal en las pupilas.
Un puñado de hierro en la memoria.
La ráfaga de fuego en el desierto.
La sangre que se entrega en envoltorio.
Soluble.
Un abrazo con las manos cubiertas de resina
Una palabra dulce mezclada con gargajos
El vino azulón que fermenta en el hígado.
El orgasmo febril que sostiene al enfermo.
Soluble.
El café de Candem disuelto en el monóxido
Otra pérdida revuelta entre la ropa sucia.



.

13 comentarios:

Beatriz dijo...

De vuelta ya, cordobés? Tuviste buen vueling?

Mira, yo me acabo de tomar uno, digo yo que soluble porque es de estos malos malos de maquinorra de Adm. Te digo luego los efectos secundarios.

El monóxido, es homenaje a J. Daniel? Que por cierto, por aquí no encuentro sus libros, ninguno de ambos. Y la ropa sucia a mí se me acumula por toneladas. Siempre quiero estar al día y no hay manera. Y además en el tránsito siempre tengo pérdidas: un calcetín, que los cabrones siempre se desparejan, un botón que se queda atrancado en el mimbre... Y digo yo que quién no estará enfermo, madre mía.

Bueno, bueno, que de ti sólo me lo creo a medias.

Ps. Candem por Londres? Ahh, con lo que me gusta a mí Candem y su mercado de viejo!!!

Muax;-)

Carso dijo...

a mí también me ha llamado la atención lo de Candem, el único que conozco es el de Londres. la ropa sucia es la que se vende en el mercado? saldos de corazones rotos?
pero imagino que el monóxido es el de los cigarrillos que acompañan el café (y también referencia a J. Daniel, fijo. por cierto, Ester, que si no lo encuentras yo te lo presto, me lo regaló un buen amigo).
todo es soluble, sí, menos tus versos.

José García Obrero dijo...

Ah! Qué alegría leeros después del buen ratillo. Estuvo genial.
No he tenido mucho tiempo y no he leído aún vuestros post. Algo parecido al jet-lag. El avión es horrible porque tienes que ir a Sevilla y de Sevilla coger lanzadera. En fin.
Bueno, pues sí, homejaje a José Daniel, al humo de los cigarrillos y a lo nocivo que envuelve lo que a priori es positivo. Es Candem de Londres. Alguien me trajo un café de allí envuelto en unos paquetitos muy bonitos. La ropa sucia es que no puedo evitar meter elementos de mi cotidianeidad y no sé por qué mi memoria, mis recuerdos, algunos no todos, son como un cesto de ropa sucia que nunca se lava porque llueve demasiado (¡joder!)

Gracias a los dos.

Besazos.

José García Obrero dijo...

Atención sietevoceros según google traductor en el post de arriba dice lo siguiente:

"Corazón la alegría es medicina sana, un espíritu quebrantado de modo que madre de la médula"

Ahí es ná.

José García Obrero dijo...

Ah, Ester, no, no estoy enfermo. El otro día leí en un libro de Bolaño, hablando de su enfermedad que cuando se está así sólo se piensa en follar y me acordé de un pasaje de Viaje al fin de la noche en que el protagonista, médico como Céline (qué casualidad) comentaba que vió como una madre a la que se le acababa de morir la hija no podía dejar de masturbarse compulsivamente para intentar compensar con placer el inmenso dolor que sentía. En definitiva, sexo de enfermo, compensar el dolor con placer.

Besos.

Carso dijo...

¿quién se quejaba de que no nos leían desde el continente asiático?

Beatriz dijo...

Coño José, que no lo decía por ti, obviamente. Hay que leer más entre líneas, hombre. No me rices el rizo, chati, que a mí me llueve que ni te cuent!!! -bueno, a mí y aquí. Hoy no! Ha salido el astro y todo.

ala, ala, a no ponerse fabriles -ni febriles, ni enfermitos, ni nada que se le asemeje. O sea, a disfrutar, quien pueda y a quien le dejen;-)

José García Obrero dijo...

No pero si no me he dado por aludido, era por contar las anécdotas de Bolaño y Céline que me resultaron muy interesantes (de verdad). Además en ambos libros son pasajes muy buenos (que soy un pedantillo, vamos).

Un abrazo!

Mercè Mestre dijo...

Aquesta paré (Manué, no te arrime a la paré que te va a llená de cá) és de Madrid, oi? Calle del Desengaño (com m'agraden aquests carrers amb noms densos i misteriosos), molt a prop de Montera amb Gran Via: la zona més putera de Madrid. I apa que no me la vaig patejar -sempre de turisme rural, ehhhhh?- allà pels 80, en plena moguda. Quin ambientasso! Ara és més trista, més monoxidada i més bruta.

I soluble, soluble com els anys. Flas! Més que la sal en la retina i que el ferro en la memòria: quines imatges tan impactants...

José, el teu poema és agredolç com els esperits que l'habiten. I especial, com sempre.

Una abraçada no soluble.

José García Obrero dijo...

Mercé! Com es troben els teus monstruets? Els tinc inmortalitzats amb la meva camara. Sí, sí, és el carrer que has dit. Ara l'estan recuperant per a la causa de la especulació, i és més tranquilet. N'hi han negocis modernets fins i tot, very cool.

Gràcies per les teves paraules sempre tan amables.

Una abraçada.

Mercè Mestre dijo...

Don Hilarión and company, genials! S'ho van passar de conya, els molt monstres. Ja estan fregant-se les potes pensant en el proper dinar (val, val, ara toca "asador medieval"...)

Aaaaarj, l'especulaçao, aquesta sí que és monstruosa!

Òndia el continent asiàtic, ja ha arribat al 7V!

Montllanes dijo...

Hola José,
me encantó tu poema.
Buen inicio
"soluble
un puñado de sal en las pupilas."
muy visual. Me imagino una mano que coge un salero mientras la sal va cayendo poco a poco al ojo que espera que la sal entre. Uifff! que daño. Saludos,
Antonia

José García Obrero dijo...

Antonia, gracias. Sí, dueeeeleee. Pero, afortunadamente, es poesía y dura lo que dura la descarga en forma de versos, el resto es otra cosa: un poquito de azúcar en una comida vegetariana y en el café del Raval.

Un beso.