domingo, 7 de febrero de 2010

LA HORA DE LOS GATOS

Por Sergio Belmonte

Para Ti, ¿lo recuerdas...?





Era la hora en la que los niños duermen
y los gatos pasean
bajo el cono marfil de las farolas.

El alma resbalaba entre mis manos
abiertas como nubes,
mientras te acariciaba
ante el triunfo de luz de las estrellas.

Azul, nocturna y cálida
tu sonrisa oscilaba como un péndulo
entre las bisectrices de las sombras,
igual que la llamada de los grillos
cuando nos alejábamos
para besarnos rápido,
para mirarnos lento.

Puedo contar las horas aquellas por latidos.

Como la eterna marca incandescente
que los bueyes de antaño
en el lomo lucían,
guardo así tu recuerdo
grabado sobre el lomo
paciente de mis noches.

Dócil, húmeda y tierna
fraguas en mi memoria
esas mismas palabras que decías
al oído, despacio:

“La vida no se cuenta por minutos.
Se cuenta, como un libro, por sucesos.”




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4 comentarios:

Montllanes dijo...

Hola Sergio. Precioso poema.
Me encantó la metáfora de la noche "Era la hora en la que los niños duermen
y los gatos pasean
bajo el cono marfil de las farolas."
Antonia

Unknown dijo...

Gracias Antonia! Es un poema que le tengo especial cariño. Celebro mucho que te guste. Nos vemos en el próximo poema.

R.P.M. dijo...

Se nota el especial aprecio que le tienes. Es un poema que destila sentimiento, y que fluye lento y dócil. Precioso. Y ahora ya te puedo imaginar recitando, je je, lo cual cobra más sentido.

José García Obrero dijo...

Muy bonito, si no fuese un tipo duro diría: "muy bello", fluye a golpe de latido (comparto con Antonia el gusto por el cono marfil de la farola).

Un abrazo.