Zapatos

Por Raquel Casas

Estoy harta, siempre me regalas zapatos y no es que no me gusten, son preciosos todos y ya sabes que me encanta llevar falda, llevo falda en verano porque hace mucho calor, llevo falda en invierno para ponerme todas las medias, leggins y leotardos que acumulo en el armario, pero es que no te entiendo, no entiendo tu manía de regalarme zapatos, botas, sandalias, deportivas…, todas del mismo pie, del derecho, ¿por qué?, no puedo ponérmelos, los guardo por toda la casa que ya parece un museo del calzado; no sé si es algo común entre las marmotas hacer regalos inútiles o es que deseas que me levante siempre con el pie derecho, según me dijiste la primera vez y yo creí que era una broma, un regalo simpático, pero es que ahora pienso que me estás tomando el pelo y que eso te encanta, te gusta ver la cara de gato con vértigo que se me queda tras abrir la caja y ver de nuevo dos zapatos monísimos e idénticos que jamás podré utilizar, qué rabia, la única ventaja es que ya me he acostumbrado a caminar cómodamente con los pies descalzos y negros por toda la ciudad.

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