viernes, 10 de septiembre de 2010

BORRADORA LUNÁTICA



Érase una vez una goma muy mona que había nacido en Milán. No tenía nombre, se borró del registro, pero por su aroma todos comenzaron a llamarle cariñosamente: Nata.

Nata desfilaba con mucho estilo por las mejores hojas de papel, tenía sus ojitos abarrotados de imágenes de borrados cuentos y soñaba con llegar a ser la musa de un gran ilustrador. Jugueteaba con su cuerpo por la pasarela de papel y sabía lucir como nadie sus curvas por las esquinitas de los garabatos, blanqueándolos sensualmente y dejando pequeños rastros de su aroma como imborrable recuerdo.

A su avidez de fama no se le escapaba nada e incluso, si era necesario, se retorcía como una experimentada bailarina contorsionista, para alcanzar los lugares más recónditos y capturar así hasta el más pequeño y no deseado detalle.

Cuando acababa su trabajo se desmaquillaba meticulosamente, frotándose mimosa sobre un prospecto de los mejores productos de belleza, con el que se hacía una mascarilla de palabras llenas de miel, después se ponía coqueta unas gotitas de perfume del mejor frasco de pegamento y por último, borraba de sus pensamientos, con una breve oración de despedida, las agrias manchas negras de sus asesinados recuerdos.

Bien acicalada se iba a su estuche acolchadito de plumas, donde descansaba bien escoltada por las sombras de lápices de cedro, que soñaban en toda la gama de colores mientras garabateaban músicas, y por fin, desgastada por su trabajo, apagaba el subrayador fosforito y cerraba los ojos recostada en su sacapuntas azul cielo, que le servía de ángel almohadón.

Un día se despertó sobresaltada, al notar el ruido de la cremallera de su estuche y no sentir la acostumbrada luz del sol. Asustada intentó escabullirse, pero unos dedos desconocidos y más rugosos de lo habitual, la atraparon fuerte y descortésmente, con gran urgencia.

De pronto se encontró en el alfeizar de una ventana, con un lápiz tostado por la noche de verano, que bostezaba adormilado a su lado con gemiditos grises. Alzó su vista aún borrosa y sintió deslumbrada el destello de una luz grande y redonda que brillaba sobre su cabeza .La desconocida visión la impresionó enormemente, pues parecía una inmensa y hermosa goma de borrar desfilando por la pasarela de la gran cartulina celeste, ahora negra, acompañada de unos extraños rotuladores con muchas capuchas en la punta y que aún así, pintaban todo de tonos fosforitos.

Los dedos de su secuestrador cogieron el lápiz y comenzaron a dibujar la brillante luz y a rotular la palabra luna una y mil veces, con todas las formas de alfabetos imaginables.

El dueño de los dedos, movía la cabeza y rompía el papel y así muchas veces, hasta que por fin dejo impresa una fantástica ilustración, tanto que Nata se enamoró de ella y comenzó a sentir unos irresistibles deseos de acariciarla, de rozar su cuerpo con el de ella.

Como si le leyera el pensamiento él la tomo en su mano, esta vez con mucha dulzura, y la llevo a la pista de baile del centro de la hoja .No sabría explicar lo que le sucedió, por primera vez todo su cuerpo se descontroló y comenzó a borrar compulsivamente , sin obedecer más orden que su instinto, la luz que desprendía le cegaba y sólo quería acabar con ella, apagar la imagen que se le incrustaba en la blandita carne y así disolver la angustia que le emborronaba los pensamientos, lamiendo apasionadamente cada recoveco de sus reflejos en el papel.

Cuando el horrorizado artista pudo apartar a la encelada goma de su presa, ésta se deshizo en su mano dejando un dulce aroma a nata y muchas virutas de luz, que se le colaban entre los dedos y volaban hacia la luna.

2 comentarios:

Mercè Mestre dijo...

L'efecte de la tornada al cole- leré-leré revoluciona neurones i hormones, i la pobre Milana bonita de la Milan no n'és l'excepció.

Ai, aquells xiclets de Nata meravellosament tòxics!... Ai, aquelles boles picants d'Uhu i Y Medio que mastegàvem bovinament mentre estudiàvem les comarques! Quins records...

Gràcies, gràcies, Paula, ara acabo de veure clarament per què som el som i escrivim el que escrivim. És clar, ens vam passar tota la infantesa enganxades a la droga dura. Deixa't de bolets al·lucinògens, peiot, haixix i altres mariconades: un bon xute de Milan Nata i un còctel d'Uhu i Y Medio i a volaaaaaar.....

En fi, guaperes, que m'ha encantat literalment el teu relat!

paula dijo...

ja,ja y aquellas minas que poniamos en los chicles pa masticar colores y los tatoos caseros a punta de salvaje compás...Si, habian cosas que olian,que ensuciaban y los tebeos dejaban tintas en la mano....olian hasta los errores...y el papel de calco era magia no sólo copia.
Bueno ,ahora son más de nadar...pero los pececitos tienen aletas....aprenderemos nuevos lenguajes y aromas....todos los caminos,dicen, conducen a romA.
Gracias compa un genial chute de complicidad,imborrables recuerdos.