martes, 28 de septiembre de 2010

EL RELATO ENCADENADO (II de VII)

Por Carles Rull,
en la semana temática del relato encadenado.

2.a.
Durante un segundo infinito, su mejilla se aplasta contra la pringosa cretona, siente el áspero y grueso hilado clavarse en su piel, su olfato inhala el pútrido hedor de la tela, en sus labios presiente el sabor acre del verdín y el ácido beso de la cebolla; en su nunca persiste el aliento mustio y sofocante y, más abajo, percibe la mano viscosa que repta y hurga entre sus muslos. Y aunque no puede verlo, fantasea anhelante cada giro y vuelta y viraje del cenicero que cae en un pozo sin fondo y cada trayectoria de cada colilla hasta el suelo pringoso, hasta que finalmente el segundo eterno finaliza, el cenicero halla su destino y una afilada explosión de cristal interrumpe todo contacto. Ambos se incorporan bruscamente, uno tenso, el otro momentáneamente aliviado.

2.b.
El cenicero, sin embargo, golpea suavemente la untosa moqueta y, sin romperse, deposita sobre ella su hedionda carga. Se maldice por no haber pensado en ello mientras intenta discurir, una mano convulsa sobre su glúteo trémulo, la lengua espesa y pegajosa recorriendo su nuca, otro subterfugio; sin éxito. Manos ávidas buscan la hebilla de su cinturón mientras el peso aumenta y siente el aguijonazo de los muelles del vetusto sofá, y el polvo que invade su nariz. Decida darse la vuelta e intentar dominar la situación en supino pero, en su bisoñez, no encuentra modo de hacerlo. En el mismo instante en que el botón de sus pantalones se desata, unos nudillos salvadores golpean la puerta. 

1 comentario:

Beatriz dijo...

Ei, jefe!!! Mira si sóc legal, per si no te n'havies adonat, que no m'havia llegit les teves propostes abans d'avui. Mmmmmmm, estan mooooolt bé, jaja!!! La cosa s'està posant misteriosa! A més de peremptòria! Prono, supino... vuelta y vuelta, jaja, com la barbacoa;)