He intentado romper con un poema
el cristal taciturno del silencio.
Primero lo probé
a través de la música:
Wagner, Beethoven, Mozart, al comienzo,
Metallica, Iron Maiden y Black Sabbath
como recurso último;
pero todas sus notas
se estrellaban inertes contra el papel en blanco.
Más tarde recurrí
al subconsciente mundo de los sueños.
Estuve a un sólo paso
de poder conseguir una palabra;
aunque se me escapó al despertar
igual que un pez que vuelve
al mar con el anzuelo entre los dientes.
Al final, resignado,
agoté mis últimas estrategias:
me levanté a las seis
y vi salir el sol de la mañana,
revisé de mi infancia los recuerdos,
contemplé con lujuria a mi mujer,
releí a los clásicos – incluso –
cuando, herida de muerte,
la tarde agonizaba;
pero tampoco pude
robar un sólo verso.
No tuve, al cabo, más alternativa
que callar
.
2 comentarios:
Lo siento pero has fallado, dices mucho...me ha encantado, no he tenido más alternativa.
Gracias Paula. Es difícil decir algo más bonito que el silencio...pero en esas andamos todos, supongo. Un abrazo.
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