martes, 3 de junio de 2008

La ciudad sin aves ("En rojo III").

Por Carlos Rull


III
August llegará a la ciudad sin aves tres días de cristal más tarde. Vagará alicaído por solitarios parques y largas avenidas de brillantes neones y opacos cristales. No verá sonrisas en los rostros. No verá algodón en las miradas. Sólo vera cuerpos reflejados en los escaparates. Se encontrará contigo en una esquina cualquiera – no importan los detalles – y tal vez verá esperanza en tus ojos de ave, tal vez sentirá un ligero temblor, o tal vez un frío temor. Poco te importa: tú ni siquiera te habrás fijado en él. No te darás cuenta de que se queda parado en esa esquina, de pie entre las gentes grises que pasan. No le verás girarse y contemplarte detenidamente mientras tu espalda se aleja de él. No verás la lágrima en su mejillas mientras alza su rostro y mira hacia el cielo en busca de una respuesta. Nadie sabe que sólo verá la silueta de un murciélago entre las primeras sombras del anochecer.

2 comentarios:

R.P.M. dijo...

Tres días de cristal más tarde... me gusta esa forma de medir el tiempo. En la manera de volar de un muerciélago se encuentra uno de los mayores misterios. Ahora tenemos uno más. Buena serie, compi.

Anónimo dijo...

Las lágrimas de cristal,siempre reflejan otras miradas.Además,el guano de vampiro,es el mejor fertilizante natural.
Un abrazo.Paula