sábado, 18 de julio de 2009

EN DEFENSA DE RISTO


Por Rubén García Cebollero



El tiempo ha hecho evidente que Risto es un "personaje" destinado a cobrar importancia en el universo "mass media". Seguro que en ocasiones las formas impiden ver el fondo, y que OT tiende más a la asepsia que a la búsqueda o el apoyo del auténtico talento. Conste de entrada que hay que ser "tonto" para creer que lo que no se tiene se consigue por pasar por una academia, pues la técnica puede esconder o mejorar ciertas cosas, pero la incapacidad de asumir nuestros límites nunca lle a buen puerto. De ahí que se fomente el creer que, sin esfuerzo o con un esfuerzo mínimo, la "magia" de la tele convertirá en estrellas voces no trabajadas, personas que aún no han sudado, evolucionado o que quizá no tienen el "marfil" necesario para ser pulidas en la disciplina del canto.


Me alegra que Risto ya no esté en OT, porque espero que ahora tenga algo mejor, y sé que puede conseguirlo. Igual que espero que su nuevo libro, "el sentimiento negativo", mejore al anterior. La creatividad no es algo fácil de asumir ni de digerir, y en medio de un programa tan mediocre como OT, donde las formas pesan más que los fondos, donde las mentiras intentan ocultar las verdades, donde se cree que el talento pueden nacer contrareloj, Risto ha sido la figura, amarga, pero necesaria que nos recuerda que importan mucho los medios con los que alcanza el éxito.


Risto ha preparado a los concursantes para lo que es la vida real, donde las ostias llegan con más velocidad que las palmaditas en la espalda, y donde aún van más rápido los cuchillos traicioneros que las manos amigas. El éxito no sólo hay que merecerlo, sino también digerirlo. Cuando ha dado ocasión, Risto ha sabido rectificar y ha servido de acicate para que algunos/as siguieran luchando, porque en la calle, en el mercado, en el mundo de las cifras, hay que luchar para evitar que quienes te rodena, quienes confían en ti, quienes invierten en ti, duden que puedes conseguir los objetivos.


Risto ha demostrado que más que lo que haces importa cómo lo haces, como mides tu éxito, y que si las cosas salen mal debes analizar porqué, y no culpar al mundo, al jurado, a la audiencia por el fracaso, tus decisiones, "tus errores". La vida es algo más que ingresar dinero, y gastarlo o malgastarlo, como hacen los clubes de fútbol. Y además para "ser" hace falta "hacer", y no es suficiente con "creer" que se es, o que se hace. Hay quien dice que una palabra puede matar a un hombre, pero también dice un refrán que tus huesos pueden ser rotos con piedras, y que no pueden hacerte daño las palabras.


Risto es capaz de observar, aprender y desarrollar las "aptitudes" de los concursantes, pero las "actitudes" dependen de cada cual. De ahí que algunos valoren más las palabras, que las piedras. Y como todos sabemos en los caminos hay más piedras en las que tropezar, que palabras que nos ayuden.


Y lo demás, es cuestión de respeto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

también es verdad que en lo que decía risto había mucho de espectáculo gratuito, quiero decir, no dejaba de ser un papel, tolerado y creo yo que fomentado en gran parte por el programa, subía la audiencia