miércoles, 2 de diciembre de 2009

Violencia gratuita

Por José G. Obrero

Antes de cada puñalada hay una sonrisa
cae de la boca y queda colgada en el cuchillo,
sonrisa y acero se adentran juntas en la carne.
Este es mi último descubrimiento, a mis años.
Ahora debería decir que me aparto
que odio esta violencia gratuita
asaltándome cada tanto en la puerta de casa
vestida como una paloma sucia en un dintel.
Pero ya soy un hueco y nada puede hendirse
entre las luces o en el trasiego del viento
y este hecho llena de impotencia al asesino.
Unos brazos abiertos pueden ser un buen golpe.

8 comentarios:

Beatriz dijo...

A tus años, José??? Tienes mucho por descubrir aún, krd.

Estás más allá del dolor? Pasó el ángel exterminador y marcó con sangre el dintel de tu puerta? La sangre que ya no corre por las venas que no tienes?

Me gusta esa aparente paradoja, el abrazo violento, y la imagen de los cuchillos yuxtapuestos a tu sonrisa. La vida sería todavía más aburrida sin esas llamadas paradojas que probablemente no lo son.

Buen puñal de mitad de semana, wapuuuuuu. Besazo;-)

José García Obrero dijo...

Ester, captada la idea. Esa sensación de cansancio, de que se repitan las cosas hasta que dejan de importarte, por hartazgo. Y, sobre todo, la sensación de que, en efecto, aunque no lo busques, aunque te escondas, pasa el ángel marcando tu puerta. Responder a la violencia cotidiana y a los violentos cotidianos con aquella frase de la gran filósofa Isabel Pantoja: "dientes, dientes: que eso les jode".

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Bueno, bueno, no conocía la frase de la gran filósofa, jaja!, pero los dientes tienen un gran valor simbólico, desde luego: para nutrirse y para defenderse. El equivalente anatómico de los cuchillos!!!;-)

Carso dijo...

y me pregunto yo, cómo será la violencia pagada. me llaman la atención las extrañas parejas del lenguaje: falsos amigos, daños colaterales, fuego amigo...
a mí la imagen que me ha gustado es la de la sonrisa colgada de la punta del cuchillo. me tiritan los dientes de sólo imaginarme esa hoja metálica entrando en mi carne.
a todo esto, la biografía no es lo tuyo. la última definición que aplicaría a tu persona es la de hueco, tú estás lleno de cosas ricas.
un abrazo y una cerveza!

José García Obrero dijo...

Marchando una ración de abrazos y cerveza virtuales como anticipo del próximo festín. Tengo hambre!

paula dijo...

La violencia no es biodegradable,y tus imágenes valen para demostrarlo....uff!!! los pelos de punta José.
Unos brazos abiertos pueden ser un buen hueco y dos buenos codos para compartir esa deseada cervecita,pedida a voces je,je.
Un tierno abrazo.

José García Obrero dijo...

Gracias Paula, algún día todas estas cervezas, cañitas y abrazos que nos mandamos se harán realidad.

Lo dicho: un fuerte abrazo.

Mercè Mestre dijo...

Profundíssim. No el cop de punyal,
sinó el contingut del teu poema.

És un cant a la intel·ligència clarivident i experimentada. I prou generosa per saber que només obrint els braços (i, de pas, la ment) pots esquivar el cop traïdor.

Una abraçada, José!