martes, 12 de abril de 2011
PUNTO Y FINAL
lunes, 11 de abril de 2011
Nunca mais
En una sala lateral del patio de letras del histórico edificio de la Universidad de Barcelona la vi por última vez, poderosa y diestra en aquel melieu académico al que yo ya me había rendido, defendiendo con diligencia sus hipótesis sobre las narrativas orales en inglés. La famosa frog story nos había unido unos años antes y me había abierto las puertas de su guarida familiar, muy cerca del hospital Clínico. La frog story y sus narrativas cerraron también nuestra historia, aunque de aquel momento haga ya 10 años largos y yo no haya tomado conciencia hasta ahora.
Porque Esther se fue sin yo saberlo. Su buen ánimo y buena disposición mental no fueron suficientes esta vez para vencer la enfermedad. Las postales navideñas que cada año le enviaba y que nunca me fueron contestadas hoy adquieren un nuevo significado. Debo admitir que prefiero no imaginar hoy lo que en realidad fueron sus silencios, que yo atribuí al estrés derivado de su –suponía que- nuevo estatus entre el staff académico universitario y a la consiguiente falta de tiempo. Si en lugar de 10 años hubieran sido 5, la tecnología habría jugado en nuestro favor. Pero los acontecimientos, especialmente los luctuosos, no se programan ni se planean: sencillamente ocurren. Como ocurrió hoy el fortuito encuentro con el portador de tan malas nuevas: aunque sólo fueran nuevas para mí, ello no las hace menos malas.
Te he evocado a menudo este tiempo, Esther; he recordado cómo nos unieron nuestros intereses académicos hace ya tantos años, el amor que ambas profesábamos por esa lengua, el inglés; cómo nos reímos redactando aquel paper sobre los intercambios orales a partir del clásico de Lolita con Peter Sellers y James Mason de protagonistas. Me he preguntado también por tu salud, por tu matrimonio, que atravesaba malos momentos, por tus dos hijos con quienes compartí algo más que una comida y una visita al supermercado. Me he alegrado a distancia de la que imaginaba tu despuntante y ansiada carrera académica después de superar cum laudem esa prueba que tanto nos atemorizaba a ambas. Y sin duda, te he tenido presente cada uno de estos 7 de noviembre que han transcurrido desde que dejamos de vernos. Pero jamás, jamás, jamás pude imaginarme que tus silencios significaran tu ausencia ya definitiva.
domingo, 10 de abril de 2011
REQUIEM por mi TV
(Por Sergi(o))
Su imagen se apagaba progresivamente
mientras su vida iba pereciendo
bajo una espesa niebla de pequeñas hormigas descontroladas,
después,
tan sólo el resquicio de una minúscula estrella
que se diluía entre el universo negro de su pantalla
. . . y así ocurrió.
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Mi televisión murió ayer.
Fue una muerte repentina...
"las tropas norteamericanas han bombardeado la capital de Irak y el contraataque es inminente. . .”
. . . y entonces enmudeció.
21 años de emisión ininterrumpida
se interrumpieron.
. . . y ya no habrá más noticias de las 15:00,
y ya no habrá más tráfico de armas,
ni más contaminación incontrolada;
ya se acabaron los políticos corruptos,
los incendios forestales,
los suicidios colectivos,
y las manipulaciones genéticas;
no habrá más "blancura en tu ropa en cada lavado"
y se erradicarán las muertes por inanición.
Pero sin embargo
me equivoqué, me equivocaba,
porque allí estaba el mundo
terrible, transparente,
como una inmensa pantalla circular
para mostrarme las noticias
de las 15:00
de las 16:00
de las 17:00 . . .
y esta vez
yo no tenía el mando a distancia
para poder cambiar de cadena.
sábado, 9 de abril de 2011
Relato de no ficción
jueves, 7 de abril de 2011
Bloody Blonde
lunes, 4 de abril de 2011
Poética incivilizada o poética del olvido
Miro hacia atrás y sólo encuentro un lejano y dolorido olor a brezo.
Aún nada alienta en la alameda de los sueños y ya el carro de los cómicos se aleja lentamente.
JULIO LLAMAZARES en La lentitud de los bueyes
Por Ester Astudillo
Tiempo hubo, hubo un tiempo en que los hombres-buey
transitaban las lindes de los campos.
Entonces el dolor no era aún síntoma: era refugio,
y el arriero acogía la muerte sin ruido,
la paja del camastro ardía en la pira comunal después
o servía de lumbre para el puchero.
Es poso hoy ese tiempo.
No vale volver la cabeza y admirarse.
Las calendas no responden a aquella cadencia de piedra
anterior a los dioses, los jardines, las promesas.
Los hombres-buey no atienden a la ley de la rueda:
la que pactaron con su amo fue una servitud gentil
hecha de muérdago, brezo y almizcle,
remedo de sol y nieve y heno.
Luego el hilo con el huso, el álamo,
se añadieron al ajuar de barro y pasto.
No existe precio para la libertad
de una tregua en los campos.
La sangre la mece el calor de las ortigas, el beso y el deseo
antes del amor. Antes de que la siega abulte los arcones.
Los arrieros desconocen las palabras y la paz
para pintar el frío del lucero. Aunque duerman al calor
de las brasas lentas hundidas en su propia mansedumbre.
Ningún apremio.
Mandil, cántaro, azogue y guirnalda
son sólo nombres antiguos para los ciclos del año,
testigos mudos;
acaso la herrumbre del olvido.
viernes, 1 de abril de 2011
Neverland
Per Mercè Mestre
'No creceré', jura Barrie.
Y cierra el libro.
Y abre todas las ventanas de su casa.
Rodrigo Fresán, Jardines de Kensington
Pan Peter sempre vola en contradirecció.
Ara és tan vell que no recorda quan va deixar de ser vell
i va tornar a ser nen.
La memòria no és el seu fort.
Confon els ulls de la seva mare amb els de Rita,
aquella noia de cabells vermells i guants llarguíssims
que castiga amb indiferència els homes.
I ella se'l mira des de l'aire, enfadada,
a través del tul negre del seu barret de vellut.
No seas teatral, Pan. No hagas ver que no me conoces.
Pan es posa nerviós perquè la seva mare
té els ulls grisos quan s'enfada,
però ara no sap si són verds o grisos
o grisos o verds... Marga... Rita!
Verds!
Confon el darrer petó del seu pare
a l'estació
amb el cop de bastó d'un àngel.
El comiat de Frank sempre el fa plorar,
com a les velles pel·lícules.
Aquell petó a la mà amb la finestra del tren baixada
poc abans que es posés en marxa...
No van tenir temps de madurar junts,
d'envellir plegats menjant ametlles,
sentint bajanades a la ràdio.
Pan Peter sempre vola en contradirecció.
No ha vist que dos mariners americans
el saluden des del fons de la pantalla.
Frank! Gene! Encara són tan joves...
Els recorda del col·legi, als catorze:
1937 va ser un any difícil.
Estaven prims, no menjaven gaire,
però entre bomba i bomba reien.
Després els capellans es van cruspir els rellotges.
Tic tac tic (se sentien dins la panxa
del rabiüt que explicava història) tac.
Neverland.
Mai més terra. Mai més.
Pan Peter, Frank, Gene, Pater Pan, pater, pare...
Pare!
Nens que van deixar de ser vells.
Van aprendre a cosir ombres,
a fugir de nit per la finestra,
a volar en contradirecció
més enllà de la pantalla.
Neverland.
Mai més.
Vells que ja no recorden
quan van tornar a ser un altre cop,
per sempre,
delicadament nens.
(al meu pare)
jueves, 31 de marzo de 2011
La carn vol carn
martes, 29 de marzo de 2011
Pareces primavera
Pareces primavera cuando sonríes.
Atrás quedó esa penumbra de costumbre
que otoñó los mapas
y marchitó las sábanas.
Y el rozón invernal
que cercenó las alas
y devastó las palabras.
Pareces primavera cuando sonríes:
y vendrá terciopelo de estío
y nos ovillaremos entre olas
para espigar la luz de la albada.